¡MUY A PESAR MIO SOY COMUNISTA POR NOMBRAMIENTO ESPECIAL DEL ODIO!
Paris, 3 de Noviembre de I.95I
Por: Pr. OM Shernrezig Lind
¡Sí, ésta es mi desgracia, y sea que me guste o no, SOY UN COMUNISTA POR NOMBRAMIENTO ESPECIAL!
Me solicitaron recientemente atender a un Gran Consejo Masónico Mundial en París, y mi presencia allí pronto despertó el interés de los presentes. Un tema inesperado salió rápidamente a la luz con gran interés, puesto que me preguntaron abiertamente si mi presencia no era algo perniciosa para la Augusta Asamblea, toda vez que por todas partes se me consideraba como un escabroso comunista, y la genuina Masonería no podía ser en modo alguno tribuna política ni refugio para impostores. Asombrado oí a las comisiones, después me dirigí hasta la silla del relator y solicite ser escuchado. Lo primero que hice fue requerir a todos los presentes a que presentasen una sola prueba, incluso la evidencia más débil, que demostrase mi más mínimo afecto o admiración por el Comunismo, o alguna otra forma conocida de política reaccionaria, o aún de simple "política". Luego, agregué, “Incluso durante la guerra, cuando era casi obligatorio adular y glorificar a Rusia y sus maniobras comunistas, yo me hallaba entre los pocos pensadores de todo el mundo que rehusamos hacer cualquier manifestación de simpatía hacia los Aliados, y por esta razón me calificaron como nazi y antidemócrata” Sin embargo soy una víctima mayor del Comunismo puesto que fui despojado de todos mis bienes en Asia por él, y desde entonces vino el exilio".
Después de esto, nadie se movió, y ni la palabra más leve fue expresada, acabando por aclamárseme por unanimidad, solicitándome aceptara y ocupara la Presidencia del Concilio. En mis palabras de agradecimiento, indiqué que "tanto ahora como durante la guerra pasada, ninguna mueca de simpatía o admiración pudo salir de parte mía hacia el bloque Aliado, o para sus oponentes, en materia de guerra o política, puesto que soy intensamente humanista y Espiritualista hasta la médula, por ende por encima de todo partidismo, sectarismo, o designios nacionalistas. Soy Espiritualista. Además, ya sea que me califiquen como comunista, nazi, judío o católico, todas estas acusaciones me dejan distante y sin respuesta. Soy lo que soy, y no me preocupa cómo mis enemigos me consideran o denigran para satisfacer su propia estupidez y mezquinos propósitos”...
Pocos días atrás recibí un cable en el que se me invitaba a un Congreso Espiritual a llevarse a cabo próximamente en Santiago de Chile. Sin embargo, decliné la invitación, porque no quería ver este esfuerzo admirable, orientado hacia el adelanto espiritual humano, comprometido por mi presencia, por el hecho de que había sido calificado como comunista por un número de maniáticos y fanáticos irresponsables, pues consideré que con tal concepto, aunque absurdo y loco, podría resultar dañino a tan bella y noble causa como la que se iba a cultivar en dicho congreso.
No me gusta ser el motivo de comidilla en ninguna parte, no obstante, una gran publicidad fue creciendo en torno a mi nombre, marcándome como un comunista, un auto designado Mesías, y como un Jesuita disfrazado, cuando no como un Agente de Wall Street, un agente secreto musulmán, un falso vegetariano, un negro antillano y un “Papa Amarillo”. Con todas estas cosas no puede ser agradable mi situación, pero las cosas fueron más adelante aún, tornándose más trágicas, ya que cada cual se creyó con derecho a tratarme según su capricho. Recibí llamadas telefónicas secretas diciéndome que “el FBI (Servicio de Inteligencia y Seguridad) me estaba vigilando”, y en las cuales se me instaba a huir ya que la policía me buscaba para apresarme y se pretendía que el Vaticano estaba resuelto a borrarme de la faz de la tierra”! ¡También recibí numerosas cartas anónimas maltratando mi dignidad y acusándome de ser un sucio comunista, anticristiano, enemigo de la humanidad! ¡Esto fue lo menos que tuve que tragarme, no pudiendo lidiar con el odio malsano!
Yo digo: éstos que tan ignominiosamente me maltratan, ya sean cristianos o demócratas, fueron seguramente años antes aliados de Rusia, habiendo tratado a los comunistas como compañeros y camaradas. Lo peor del caso es que mis enemigos más encarnizados son, sobre todo, gente que se dice espiritualistas, teósofo, cristiano. ¿Y por qué todo este alboroto? ¿Por qué importunarme con sus insultos degradantes y depravadas difamaciones?
El mundo entero puede descansar seguro que me tiene sin cuidado el ser investigado o no por el FBI, el Ministerio de Justicia y toda
El hecho es que me han hastiado tanto todas estas burdas y nefastas acusaciones, que ahora estoy enfermo de oír incesantemente los términos “democracia”, “cristianismo”, “comunismo” y “civilización moderna”. Sería preferible vivir cuanto antes en cuevas con babuinos que con aquellos admiradores de las bufonadas ideológicas de los que me califican a su antojo como Comunista y cuanta idiotez se les ocurre, sean quienes sean o lo que sean, y sin para mientes a su rango eclesiástico, social o político. He perdido toda admiración por sus causas ideales y pretextos, y mientras más los oigo, más admiro a las víboras y a las bestias del desierto, que por lo menos son más sinceras en cuanto a sus determinaciones y motivos.
Como ya lo expresé, SOY CONVERTIDO EN ESPECIOSO COMUNISTA POR NOMBRAMIENTO ESPECIAL. Esto, por supuesto, después de haber sido tratado como un ¡“Mago Negro” por auto-exaltados teosofistas, “Delincuente” por los orates del manicomio de AMORC, “anticristiano” bajo el auspicio de
Pasan los años. Las tácticas y los métodos cambian, pero no las viles intenciones de los cínicos detractores zapadores de la honra ajena.
Qué pretenden estos energúmenos que me atacan tan cobardemente en la sombra, escondidos en el anonimato cínico. Me niegan el derecho a ser yo mismo, y a ser decente, y aún más les indigna que yo siga viviendo. Lo peor es que les irrita que sobreviva a sus reeditadas ignominias. Saben, desde luego, que la calumnia es poderosísima y creen que la mentira siempre es creíble. Ignoran, empero, que la verdad es siempre inverosímil a la vez que invencible y que no existe sino una cosa que produzca más efecto que la mentira: La Verdad.
Si tuvieran pruebas tan destructoras, como dicen, contra mí, ¿Cómo es que no han podido hundirme ni destruirme como lo han tenido tan a pecho desde hace tanto tiempo? El punto es que yo no puedo ser destruido tan fácilmente por el mero hecho de llamarmen maniático, comunista o endilgándome cualquier otro calificativo distinto al que en realidad merezco. Lo que sea que pueda expresarse sobre mí, los hechos demuestran que nadie ha podido probar lo más mínimo contra mi carácter. Pueden, tan sólo, intentar afectar mi prestigio y destruir mi reputación, para evitar que mis esfuerzos fructifiquen, por el triunfo de mis sacrificios y del Verbo Espiritual. Necios empeños destinados a ser estériles, o que sólo pueden destruir a sus progenitores como los peores venenos del alma. Nunca respondo con el ojo por ojo y diente por diente a cualesquiera de mis detractores o enemigos. Es de observar que ninguno parece estar deseoso para hacerme frente, en cambo abierto. Todo obran y maniobran contra mí desde la encrucijada y en la más absoluta penumbra. ¿Es que tienen miedo?
Hace un año más o menos, un periódico británico publicado en París, "THE DAILY MAIL", me acusó de ser un AGENTE COMUNISTA. Demandé judicialmente e inmediatamente esta prensa amarilla por depravada difamación. Un año entero ha pasado, y sus abogados han recurrido a toda clase de trucos leguleyos para evitar que obtengamos la reparación legal. Fueron tan lejos como negarme el derecho de buscar compensación a través de las Cortes de Justicia, y por supuesto, de igual manera, rehusaron retractarse de esta calumnia. Así pues, en la Corte Francesa aceptaron los argumentos del THE DAILY MAIL, conservando yo por consiguiente, a mi despecho, el nauseabundo calificativo ... de comunista. Nefandos individuos podían así más fácilmente continuar desprestigiándome de la misma manera también, con toda impunidad y creciente cinismo!
Primero se adujo que simples informes de prensa no son evidencias judiciales válidas. En tal caso, cualquier periódico tiene derecho a mentir y a destrozar la dignidad ajena. Luego se argumentó que no resido en Francia, y por tanto no tengo derecho a acudir ante los Tribunales Franceses. Lo que se quiere es que me coma el león. En fin, se pretendió que mis representantes legales carecían de autoridad, por defectos de forma, por falta de comas en los documentos notariales!
He apelado a la Corte Suprema para demandar el derecho a defenderme y a exigir reparación moral. Ahí, se adujo que no había presentado un caso claro de difamación. Luego, no era suficiente protestar, denunciar y presentar copias de los infames ataques publicados. O más bien, no hay justicia para los humildes y los pobres, según el consensus popular, empero, el THE DAILY MAIL difamador no podía en modo alguno sostener su villana acusación y por tanto, debía luchar a toda costa por mantenerse en la impunidad.
Por supuesto, hoy no hay la menor esperanza de poder siquiera defenderme, ni tampoco de ser oído en una Corte de Justicia Debo, por tanto, contentarme con la difamación de estos energúmenos y soportar todas las injurias imaginables. No hay la menor posibilidad de obtener mi reparación legal a través de las Cortes francesas, ante las cuales solicité por daños y perjuicios una cuantía de $ 4.500.000 pesos ó I.000.000.000 de francos. Igualmente estimo que éste no es el momento oportuno para incomodar al Gobierno Conservador de Gran Bretaña con un pleito judicial en contra de un periódico de sus simpatías, y que tampoco tiene las simpatías de la delegación rusa que actualmente se halla
Detesto
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Impreso en: EL ANILLO, Enero de 1952, publicado en Barcelona, España.
Reeditado en: ARIEL, mayo de 1.952 y nuevamente reeditado en ARIEL 128
Igualmente importante, entérese como todos podemos enfrentar el desafió del COMUNISMO leyendo POR QUE NO SOY COMUNISTA, Y PORQUE NUNCA PODRIA SERLO, por el Ilustre Pr. OM Lind Schernrezig, publicado originalmente en el año 1931)