" A PROPOSITO DE LA DESNUDEZ HUMANA Y EL SEXO "


Consideramos el cuerpo humano como una de las más grandes maravillas de todo el eterno universo. De hecho, es en gran medida una síntesis de todos los atributos y poderes de la Naturaleza. 

Nacemos desnudos, y el ser humano es el único animal que usa ropa artificial. Es además, muy seguramente, la única criatura viviente capaz de hipocresía, engaño villano, vergüenza de sí mismo, y sujeto a todas las clases de enfermedades indecorosas, siendo incapaz de protegerse o combatir los parásitos, virus y enfermedades debido a su fragilidad e impotencia ante el cerco de las condiciones naturales que rodean su irracional envoltura o encubierta academia. Pero es muy probable que ese hombre sólo acostumbra la ropa elegante para despistar su identidad real, después de todo, o meramente para engañar a las personas sobre su propia ignorancia sobre sí mismo.

En cuanto al sexo, éste es un término bastante complejo que puede significar cualquiera de los órganos de reproducción biológica, un torbellino de pasiones, displicencia romana, las orgías de Sodoma y Gomorra, profanidades lujuriosas, frenesí neurótico, o furia salvaje, demasiado a menudo equivocado por romance, amor sagrado o actuaciones místicas. En el sistema Hatha Yoga, por ejemplo, se proclama que" Dios se despierta a través de la función sexual en un abrazo de dos criaturas deseosas que pusieron su mente en la realización divina". Si fuera así de fácil, el mundo sería ahora el más perfecto de todos los paraísos. Sólo los apologistas de semejante fórmula de promiscuidad, a través de pasajera seducción antropomórfica no dicen que sus bufonadas acrobáticas se destinan sobre todo a despertar y aumentar su vigor sexual. Tales modas o vicios son sólo impedimentos como otras formas de sobre-indulgencia. Pero, por sobre todo, no perdemos de vista el hecho de que si la función de la perpetuación de las especies es una maravilla biológica, con placeres indecibles agregados, no es menos una forma de degradación moral y pérdida del auto-respeto y dignidad. Si el hombre no puede controlar sus apetitos sexuales, no puede pretender ser algo diferente a un animal de las peores condiciones, toda vez que al no poder controlarse se comporta peor que el animal ordinario que, en circunstancias normales (esto es si no se encuentra enfermo o mentalmente descompuesto) muestra evidencias de compostura y admirable dignidad. Las comparaciones conducen a conclusiones obvias.

Pero si la desnudez se sostiene como vergonzosa, las personas se vuelven vergonzosas cuando están desnudas. Todo radica en nuestras propias actitudes mentales. El sexo también es vergonzoso, vil, diabólico, en la medida que nosotros lo consideramos así, porque NOSOTROS LO HACEMOS ASI POR INTERMEDIO DE NUESTRA DISTORCIONADA Y MONSTRUOSA MANERA DE PENSAR. Pero sólo necesitamos lanzar una buena mirada al mundo de personas que huyen del nudismo y condenan el sexo para comprender hasta qué punto son víctimas de sus propias actitudes mentales erróneas. Están obsesionados con ideas degradantes, y presas reales de sus propios miedos, vergüenzas, inhibiciones y condenas. En realidad, deben estar avergonzados de ellos mismos por ser tan tontos e irracionales.

La actitud correcta hacia la desnudez y el sexo es la de la persona educada que conoce todo en torno al mecanismo de vida y la santidad de la Conciencia y Dignidad Humana. Las personas generalmente aborrecen la desnudez, pero en privado demuestran todo lo contrario, y lo mismo se aplica al sexo. Se ha dicho que el cuerpo humano es un Templo de Dios. Esta es una definición tan apropiada como la otra mejor, pero el sexo también es una función maravillosa que nos liga de alguna forma al linaje de divinidad en cualquier forma que escojamos considerarlo. El sexo es sagrado, y cualquiera de nosotros puede realmente comprobarlo. El problema empieza, sin embargo, cuando empezamos a denigrar de las cosas, no comprendiendo que con tal procedimiento podemos alcanzar sólo las correspondientes conclusiones villanas y negativas. Si a las personas se les enseñase la verdad acerca de los llamados misterios de la vida no habría más ninguna promiscuidad idiota y laxitud degradante, y los jovenzuelos aprenderían a honrarse a sí mismos comportándose con dignidad, considerado el sexo tan importante como la respiración y la alimentación. Ahora, si nosotros comemos como monstruosos bárbaros y respiramos como robots o zombis, es apenas natural que también nos proveamos del sexo como bestias babosas y sin educación. El Hombre de la Nueva Era sabe todo sobre estas cosas, y se domina a sí mismo y vive magistralmente, porque COME Y BEBE inteligentemente, y además RESPIRA DETERMINADAMENTE, y se complace en el SEXO con dignidad, y se MANTIENE SALUDABLE Y EN FORMA POR MEDIO DE PRÁCTICAS HIGIÉNICAS ADECUADAS, QUE MANTIENEN SU CUERPO MATERIAL, SU PSIQUE, SU MENTE Y SU ESPÍRITU COMPLETAMENTE DESINTOXICADO, EN FORMA PARA LA MEJOR VIDA Y LAS REALIZACIONES MAS NOBLES.

No es lo que comemos lo que nos alimenta. Es, más bien, la manera como tomamos la comida. 

No es la acción de respirar el aire lo que realmente nos depura y fortifica, sino la manera en que respiramos.

No es la cantidad de ropa con que cubrimos nuestro cuerpo lo que nos hace más morales, o más inteligentes, sino, más bien, la manera como pensamos y vivimos. 
No es lo que nosotros proclamamos creer o saber lo que realmente nos hace grandes personas o maravillosamente conducidos y felices, sino la manera como hacemos nuestro propio pensamiento.

Claro, el hombre es sorprendentemente una maravillosa pieza de maquinaria natural. Merece ser bien mantenida, y la Naturaleza puede mostrarnos todavía el curso correcto para seguir con nuestra capacidad de dominio con los ideales nobles, dignificando la conciencia y ennobleciendo los propósitos.

Las personas que viven conscientemente no tienen temor a la desnudez, porque esta práctica está absolutamente en acuerdo con todas las leyes de la naturaleza, y también debido al hecho que ellos están más inclinados a cuidar de ellos mismos, corporal e interiormente. Y, si nosotros podemos hacerlo así, el sexo pierde la mayor de su atracción misteriosa cuando la desnudez es comúnmente practicada, porque se la considera más como una función natural que exige un grado alto de auto-respeto. En cuanto a la virginidad, mientras más aprendemos sobre la vida más sabemos que es tan preciosa como la fidelidad entre los matrimonios. Si el sexo ha de ser considerado como sólo una fuente de placer sensual y de satisfacción bestial, entonces nosotros debemos admirar y honrar los animales que se comportan mucho más inteligentemente y sabiamente.

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No es la desnudez la que cuenta, sino la potencialidad, el ritmo y la inspiración que conlleva. Pr. OM Lind (Sección de Arte del Museo)

No es la vida la que realmente cuenta, sino la cantidad de amor y luz que ponemos en ella. Pr OM Lind (Museo - Respuesta a la ecuación del Einstein)  

Tomado de: Guía del Miembro. Original en Inglés. Textos completos a disposición.