EDITORIAL (Más allá del tiempo y del espacio)

HACIA UN MUNDO MEJOR 

Tomado de: Revista Ariel No.51, Vol.10, Enero de 1947 y
Libro "PAZ", Diciembre de 2002

Cuando se convocó la Conferencia de la Paz en San Francisco, advertimos al mundo que aquello era sangrienta ironía, pues la matanza había acabado en los anchurosos campos de batalla del mundo a favor de las Naciones Aliadas que pugnaban teoréticamente por el triunfo de la DEMOCRACIA. Nuestro enjuiciamiento partía del hecho que durante la guerra misma, se había diseñado un hermoso programa justificador de tal contienda brutal y destructora, y en fin, se había tratado de delinear la Democracia, en un documento que ha pasado definitivamente a la historia bajo el nombre de CARTA DEL ATLÁNTICO.

Años antes, y para ser exacto en nuestro Mensaje Espiritual al Mundo del año 1942, señalamos un plan para "humanizar la guerra", si ello fuera posible, y en fin, poner fin al caos mundial por medio de una organización humanitaria del mundo, y pusimos las condiciones así como las dimensiones. Este plan tiene todavía una actualidad crítica, pues no ha sido consultado, o por lo menos no ha sido seguido. Lo peor de esto es que advertimos desde entonces que sin un plan bien definido y bien premeditado, la guerra acabaría algún día, a favor de las armas aliadas naturalmente, pero sin los beneficios de una finalidad definida, y entonces surgiría el caos. Desde entonces las cosas han venido a menos en todos los sentidos, pese a diversas Conferencias de tipo económico, político y socialista llevadas a cabo en Dumbarton Oaks, Yalta, Postdam, Cairo, Casablanca, París y por último en Flushing Meadows. Con esto, empezamos a creer en nuestras ¡facultades proféticas!

Cuando se llevó a cabo la Premiére del internacionalismo democrático en el famoso Teatro de San Francisco, en la tierra de las ilusiones fallidas y de los cultos idiotizadores, California (U.S.A.), fuimos nosotros los que más hicimos por impresionar a los Delegados venidos de todo el mundo Aliado, y además de presionar por una declaración de Principios Humanitarios, reclamamos la presencia de Delegados de los países del Eje, que no por haber sido vencidos dejaban de integrar la gran grey humana. Aducimos también que si se quería construir con visos de rotundo éxito Moral, Social y Espiritual UN MUNDO, era imprescindible recordar bien la CARTA DEL ATLÁNTICO, y borrar viejas cuentas con las naciones vencidas - ya que apenas haya en este mundo una sola nación que puede preciarse de nunca haber cometido crímenes antihumanos o de haber abrigado sueños locos de absoluta hegemonía mundial - para empezar definitivamente una nueva era de sentido jurídico general y de principios morales Universales.

Inundamos las Oficinas de los Delegados de San Francisco con nuestra literatura, y de ello podemos confesar con infinita satisfacción, ha surgido una promesa para la humanidad regida por el oficialismo en curso. Nació en efecto la "Organización de las Naciones Unidas", que parece calcada sobre la constitución de la UNIÓN ESPIRITUAL UNIVERSAL, y en fin, la Oficina llamada UNESCO: United Nations Educational, Social and Cultural Office) que también se ha inspirado grandemente en nuestro programa y actividades aunque no del todo. De ello nos congratulamos por los alcances que habrá de tener la humanidad, la proyección efectiva de nuestro IDEALISMO PRÁCTICO y de nuestra DINÁMICA ESPIRITUAL.

Empero, lo de San Francisco fue apenas un bello sueño, como también lo fuera la "Carta del Atlántico". El episodio del VETO, fue la dinámica que habría de acabar con todo propósito dignificante. El exclusivismo paternal de las Cinco Naciones mayores fue la "Bomba Atómica moral" destinada a hacer imposible el idealismo suscrito con tanto fervor y pompa bajo el inspirador clima californiano. Desde entonces el mundo ha visto con los acontecimientos o fracasos de París y New York, incluso de Flushig Meadows últimamente, hasta donde nuestro criterio es preciso y acertado.

Nada se gana con suscribir bellos documentos o acuerdos, si no bien se seca la tinta con que se los firma, cada cual brinca y hala hacia sí para hacer de las suyas, con manifiesta irreverencia hacia los principios proclamados en teoría. En la práctica vemos todos los ideales caerse por el suelo, y ya hasta en la ONU parece que nadie está interesado en resolver problemas, sino simplemente en girar en torno a la periferia de los hechos a fin de disfrutar mejor de ellos.

En un año y medio que lleva el mundo de PAZ ( ? ), desde el siguiente amanecer de la Bomba Atómica en Hiroshima y Nagasaki, cristianamente propinados a un pueblo que había proclamado su derrota y pedía la paz a todos los vientos, la ONU ha tenido fracasos que son verdaderos crímenes de lesa humanidad a su haber - son el record descorazonante de su impotencia moral y nulidad espiritual, que la historia registrará siempre con vergüenza. Ninguna otra cosa puede ser lo de Irán, Indonesia, Siria, Palestina, China e India, donde pueblos hartos de la infame tiranía de los Grandes son combatidos abiertamente por potencias que pretenden imponerse al mundo con carácter moralizador y absolutista.

A estas horas, nadie se acuerda de la "Carta del Atlántico", y tampoco se consulta la retórica almibarada de angelical humanismo de la Carta de San Francisco, pues parece que a nadie conviene, y la Organización de las Naciones Unidas nos presenta el feo espectáculo de su grotesca desunión, ya que prevalecen los empeños de forjar UN MUNDO ¡más fragmentado que una granada! Y con todo, pesa sobre la humanidad la doble Espada de Damocles moderna, que es la "Bomba Atómica" y el Comunismo Irreductible, el binomio que parece destinado a forzar a la humanidad a moralizarse a base de Miedo Infernal y de Especiosa Regimentación.

Bien se ve que el Idealismo Práctico preconizado por la "Unión Espiritual Universal" y la Dinámica Espiritual propuesta como esencia vitalizadora de una democracia sin regimentación ni absolutismos estatales o religiosos, han sido lamentablemente desvirtuados, postergados y asazmente manoseados.

Todo ello había sido previsto también. Lo anunciamos en nuestros sucesivos Mensajes anuales desde antes de la glamorosa epopeya de San Francisco. Advertimos al mundo que para hacer algo consistente y digno, no bastaba bellas palabrerías o documentos de alta diplomacia sino, más bien, un universalismo humanitario, y mientras no aceptasen los Delegados de las Naciones Aliadas sentarse fraternalmente y sin rencor, sin ambiciones abyectas ni odios, con los Delegados de las Naciones del Eje y las que permanecieron Neutrales durante la fiera refriega, no se podía esperar el establecimiento sobre bases firmes de una Paz permanente y de una democracia efectiva, amén de ejemplar en un mundo. Se comenzó seriamente, pero sin propósitos definitivos, y todo tornó en farsa irritante y descorazonadora. En efecto, ¿Qué clase de mundo pueden fabricar las Naciones Unidas Organizadas si no deponen sus antiguos odios, sus pasadas ambiciones y sus viejas tradiciones de soberanía nacionalista intransigente? ¿Qué clase de mundo quieren imponer al resto del orbe, si ellas mismas no varían sus estructuras ni sus aspiraciones unilaterales, egoístas, y de infernal absolutismo?

Un año y medio desde la Conferencia de la Paz en San Francisco, la Paz no ha sido firmada con las naciones vencidas; ello sólo porque las naciones victoriosas no pueden ponerse de acuerdo, tan divergentes y categóricas son sus respectivas ambiciones. Entonces ¿Dónde está la Democracia? ¿Dónde está la moral civilizada contemporánea, si los procedimientos son los mismos que desde las épocas de los clanes y las tribus triunfantes imponían? Se nos marcó también con palabrerías melosas de un cristianismo salvador, haciéndonos ver que la guerra sería la manera de situar al mundo dentro de la órbita Espiritual del Dios Todopoderoso, y ahora el absolutismo que sufre el mundo lo es la política de poder, la diplomacia secreta, el paternalismo irritante y odioso de los poderosos que se reparten el mundo a su antojo, y en fin la ley del más vivo… ¿Qué, no puede ofrecernos algo mejor el Cristianismo, o habrá que pedirle al demonio que venga a rescatar a la humanidad de las garras malignas de los idealistas oficiosos y autoritarios? O ¿Es qué las naciones se escudan detrás de los ideales Democráticos sólo para justificar sus crímenes y monstruosas ambiciones y vitandas legalidades de rigor?

No albergamos ninguna inquina hacia la ONU. Por el contrario, quisiéramos verla triunfar. Pero no nos hagamos ilusiones, pues los delegados que ahí sesionan son nombrados de oficio por las naciones; no son elegidos por los pueblos. Son representaciones de gobernantes de turno, y no de los Pueblos de la Tierra. Se ve el caso, inclusive, de delegados ahí que representan a naciones tan totalitarias como el sueño dorado de Herr Hitler, y tan absolutista como el cielo del más funesto de todos los emperadores, el señor Hiro Hito. En tales circunstancias, ¿Cómo hablar seriamente de Democracia, de UN MUNDO, y de solución a los problemas que confrontan la harto desvalida humanidad? Pero este mal ya es vetusto. Todos los sistemas religiosos tradicionales y de cuño Celestial nos han dado la veraz muestra del patético fracaso de todo idealismo que no esté basado en una humanidad con sentido genitivo honrado y de acrisolada moralidad.

Este pronunciamiento nuestro, un tanto rudo e impertinente si cabe, es debido al cansancio que siente la Humanidad Entera de tantas farsas que sólo encubren intereses egoístas bastardos, y que por lo mismo siempre tornan en acre Tragedia. No hablamos en balde. Voceamos la desolación de la Conciencia Humana y Cósmica. Empero, ahora mejor que nunca, es el momento para hacer algo definitivo. Por ello se creó la "Unión Espiritual Universal" y por lo mismo nos apresuramos en San Francisco a hacer conocer nuestros propósitos y nuestras actividades, que son de Idealismo Practico y de Dinámica Espiritual, a base de democracia efectiva por medio de una moral Universal. Ante el rigor de los hechos incontestables, es obvio que la "Unión Espiritual Universal" habrá de ser por mucho tiempo el plan técnico de la Humanidad Fraternal, unida para disfrutar de un Mundo pacífico, libre y ennoblecedor.

La peor antitesis que pueda tener la Democracia en nuestros días lo es la existencia de Fronteras, dentro de las cuales cada nación guarda sus nacionales como preciosas joyas, que preserva contra toda contaminación de toda laya de las "otras preciosas joyas de otras naciones soberanas", como si no se tratase de verdaderos SERES HUMANOS con iguales derechos naturales, morales, intelectuales y Espirituales; y en fin, las tarifas Aduanales  ¿Hasta cuándo vamos a padecer tales sistemas ancestrales de tribus salvajes?

Antes de poner fin a este trabajo, haremos una alusión a las palabras de un insigne estadista Latino-Americano, que si no goza de fama mundial como moralista, la merece. El presidente Velasco Ibarra, del Ecuador, refiriéndose a la tesis defendida por la delegación de esta República en la Asamblea General de la ONU acerca de la ingerencia internacional de esta en los asuntos de España, dijo que "en defensa de la soberanía de un Estado y de la personalidad de una Nación, Ecuador, ha sostenido el principio de no intervención, votando contra la tendencia intervencionista artificiosa, sin verdadera base y falta de seriedad e imparcialidad que predominó en esa reunión". He ahí un juicio que merece la mayor publicidad, pues pone el dedo en una nueva llaga. El mundo acaba de librarse del totalitarismo Germano-Nipón, y los mismos instrumentos en beneficiar así al mundo se empeñan en endilgarnos otro totalitarismo, como si ya no bastaran los que en religión y en cierta política tempestuosa padece aún el mundo.

Añade este gran moralista internacional Dr. Velasco Ibarra: "El principio de la no intervención es la salvación de los pueblos pequeños contra esa tendencia intervencionista caprichosa, sin principios jurídicos y generales. Sea en países de insignias derechistas y católicas o en países que maten, ahorquen y atropellen la libertad del sufragio y opriman a los hombres con insignias izquierdistas o comunistas. El Ecuador tiene que estar contra toda tiranía; pero no estará jamás porque se intervenga violando la soberanía de un Estado en nombre de una fraseología apasionada que detesta a un régimen porque tiene tal nombre y tolera indiferentemente la injusticia en otros regímenes porque estos, siendo en la práctica despóticos, se ocultan bajo otros nombres".

Es de veras indigno que la ONU, que nada hizo, ni siquiera un gesto cristiano de compasión hacia los INDONESIOS que luchaban por su libertad contra el imperialismo Holandés, ni para con los Iranios que vieron su nación materialmente intervenida por fuerzas extranjeras porque no se le plegaron a las ambiciones imperialistas y económicas de diversas naciones poderosas, ni tampoco en el caso de Siria y de Indochina cuando esos PUEBLOS SOBERANOS lidiaban con un tradicionalismo religioso-político que será todo lo bonito que se quiera en teoría pero que en la práctica es algo que ningún texto de democracia sancionaría. ¡NO! ¡Mil veces NO! La ONU no puede atribuirse derechos que niega a otras gentes, a menos que pretenda seguir las huellas del fracaso.

La humanidad no parece interesada en el apotegma moral de HAZ A TU PRÓJIMO COMO QUIERAS QUE SE HAGA CONTIGO. Fue recomendado por el Budha, Confucio, el Cristo y muchos otros moralistas pero en la práctica no parece tener posibilidad de vigencia. El hombre ha aprendido a aniquilarse a base de bombas atómicas y otros medios de indudable eficacia guerrera; pero aún no ha aprendido a vivir en paz, ni a respetar a quienes quisiera imponer respeto.

En nuestro próximo estudio fijaremos las bases de la genuina ORGANIZACIÓN DE LOS PUEBLOS LIBRES que el mundo tiene menester para que haya legítima Paz, Progreso y Felicidad en espiritual convivencia. Ahora, con la época de Navidad, ojalá la Cristiandad se disponga para poner en vigor un genuino Cristianismo.

Pr. OM. Schernrezig-Lind
MAHA CHOHAN . K.H.