LOS SALVADORES CRUCIFICADOS

DE – PARA – POR LA HUMANIDAD

(Original en Inglés)

Autor : Pr. OM Lind Schernrezig

lossalvadorescrucificados

INTRODUCCIÓN

(Tomada del libro)

“El hombre es tan grande como los Misterios que conoce, catea, ama y sirve” Ilustre Pr. OM Lind Schernrezig

Los Salvadores, Redentores, Guías e Iluminadores de la Humanidad han sido numerosos en el curso de las edades, ciertamente mucho más de los quepodemos darnos cuenta ahora. Todos fueron grandes personalidades, sus virtudes fueron muchas, y sus Enseñanzas incuestionablemente reflejaron los sentimientos más puros y la Sabiduría más perfecta.

Desde luego, cada uno aparece hoy, bastante diferente a los otros,cuando observamos retrospectivamente. Su individualidad fuegarantizada, de hecho, en el momento de su actuación y por las características de su asignada misión, así como por las necesidades que enfrentaron acorde con las circunstancias. Lo que los hace tan vitales como expresiones de laintegridad del ser humanoy además como Maestros Divinos essu autenticidad, su impacto en la historia y los resultados de sus sacrificios.

Naturalmente, sacrificio significa consagración, y ninguno de estos grandes rehabilitadores humanos merece maltrato o sertildadocomo hereje, idólatra o imitador engañoso. En realidad cada uno de ellos ha dejado tal impronta en su tiempo que no puede ser objeto de irrespeto, porque representa una parte o un episodio en el largo proceso de la evolución humana y la búsqueda de la realización vital.

De la misma manera en que las Divinidades nunca mueren, los grandes Benefactores de la Humanidad nunca pierden su estatus, porque encarnan un conjunto definido de valores que pertenecen al Reino de lo Perenne. Enfatizaron la Verdad eterna por medio de admirables hazañas de entrega propia así como deextremoheroísmo, y sus acciones hablan por sí mismas. No fueron víctimas de las circunstancias, porque en realidad decidieron su propio sino y determinaron su propio destino. Esta es la razón por la cual no son simples repeticiones de una especie de plan de martirio, como si se imitasen unos a otros. Realmente son grandes Misioneros que llevaron a cabo su Misión. Más aún, ninguno de ellos contradijo nunca a los demás, porque todos respondían a las necesidades humanas, mientras estaban al Servicio de Dios y la Verdad Eterna-Universal-Espiritual. Por ello tambiénninguno ha pretendido nunca ser exclusivo, o ser el primero o el último. Todos demostraron un alto grado de conciencia y Realización Espiritual, y valientemente se ofrendaron a sí mismos a la Consagración de la cual están seguros que se afinca en lo profundo de su ser. Su sacrificio es su hazaña culminante de auto-integración y también la suprema demostración de su Veracidad y consistencia Espiritual.

Han habido muchos falsos e imaginarios Mesías, impostores místicos que buscaron ser aclamados como Salvadores y Redentores. Charlatanes han existido siempre. Pero no tenemos la intención de referirnos aquí a ellos, porque su reino es tan pasajero como fantasioso.

Hemos mencionado en otras partes un tipo de Mesías y Redentor convencional, un imaginario Salvador compuesto que integra las más llamativas cualidades y atributos de todas las Deidades conocidas. Ha sido el leitmotiv de todos los Grandes Poetas imaginar una súper deidad y Mesías que dimensione todas las esperanzas humanas. Griegos, Hindús y todos los otros constructores de catadura mística han modelado su propio Salvador Universal, en la misma forma que Pigmalión creó su sueño Divino. Pero tocó a otros hacer añicosdichossueños perfectos o ridiculizarlos una vez se hicieron demasiado obvios sus fracasos para solucionar las necesidades genuinas.

El Filósofo-Poeta-Sociólogo Griego Platón habló en voz alta del Hombre Crucificado en los Cielos. Esto ha sido interpretado como una mera fantasía. No obstante, aunqueel apodadoPlatón estuviese en su propio derecho a imaginar lo que quisiese, los historiadores nos relatan que hay más que mera imaginación en este aserto, porque los Sabios Antiguos de Egipto, Mesopotamia, China, India, la América autóctona, Polinesia, etc., concibieron el hombre cósmico en conexión con la astrología y la cosmogonía, o sea más biencientíficamente. De hecho, los movimientos aparentes del sol alrededor del planeta Tierra dan la impresión de nacimiento, ascensión, crucifixión y resurrección. Y asociada con tales conceptos, en ciertos momentos de la historia, la visión del Hombre Crucificado en los Cielos se vuelve más evidente. En la antigua India, hace muchos miles de años, este Hombre Cósmico apareció crucificado con las marcas declavos y una corona, simbolizando así la dureza de una gran tarea así como el triunfo final sobre todos los conflictos, problemas y dificultades de la vida. De acuerdo con la antigua tradición china, el primer hombre apareció totalmente hecho sobre la tierra, desnudo y como descendiendo desdelas alturas esplendorosas donde el sol es el rey. También en América Central y México, entre los Mayas, el Divino Salvador QUETZALCOATL se dice que apareció de la nada, lo mismo que la primera Deidad pre-Inca. En el antiguo Egipto, Osiris también es el sol espiritual universal que está detrás de su brillantez, metamorfoseado o transformado en el primer ser humano.

Se dice que en los tiempos de Alejandro Magno, unos 340 años a.C., había una creencia común en torno a un Gran Hombre Crucificado en los Cielos. Historiadores como Guignant se refieren a esto en la Religión de los Antiguos, Sir Godfrey Higgins en el Panteón Hindú, Kersey Graves enlos“Diez y seis Salvadores Crucificados en el Mundo”, y Max Muller en diferentes comentarios sobre los Vedas.

Que estos tributos de reconocimiento y admiración, tan generalizados a través de la historia, merecen comentarios adicionales, es un asunto de carácter personal. Las evidencias hablan por sí mismas. Pero poniendo a un lado el poder de la imaginación todavía debemos tomar seriamente en consideración los registros históricos y la tradición, que son en último análisis la memoria popular expresada en forma de leyendas.

Platón, que vivió entre 428 y 348 a.C., fue incuestionablemente un maestro de pensamiento creativo y positivo razonamiento, poco inclinado al misticismo, aunque en alguna forma un idealista de la fantasía. Pero nunca mereció una acusación de metafísico extravagantee impostura religiosa. Sus conceptos imponen respeto en todos los tiempos, y cuando describe al Hombre Crucificado en los Cielos es indudablemente profundamente sincero. Es posible, desde luego, que en aquellos tiempos antiguos, unosfenómenos naturales contribuyeron de alguna forma a la creencia en un Hombre Cósmico aparentemente crucificado, o al menos dando lugar atales ideas. La gente ha asociado siempre los sucesos naturales en torno a ellos con las condiciones de vida de la humanidad. Sabemos de refranes populares que pueden corresponder a ciertas formas de pensamiento o de creencia que probarían tales aserciones.

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