LUZ EN EL SENDERO Y VOZ DEL SILENCIO

“Los Iluminados (Budas, Grandes Instructores, Hathas, Hutulktu) no salvan: solamente orientan, guían, enseñan, y en casos dados, ayudan. K.H.

La Luz en el Sendero oculto tiene resplandores que no son perceptibles sino a la almas de selección y a los que mediante una disciplina educativa o cultivadora excelsa, logran escalar las alturas de los Planos, rebasando las posibilidades de los sentidos.

A ellos, también, es dado beneficiar de las sublimes Armonías del Infinito, cuyas orquestaciones vibracionales y excelsitudes ignotas no logran disfrutar u oír aquellos que, debido a su intenso materialismo y sus exabruptas pasiones y deletéreos pensamientos, que redundan en necios y cruentos vicios, no les es dable sino comulgar con las estridencias ruidosas de los medios tumultuarios de la vida superficial y mundana. Estos últimos, naturalmente, no pueden afinarse con los Planos Superiores de la realidad, y por lo tanto deben conformarse con las mortificaciones desquiciadoras, sin jamás conocer, ni mucho menos experimentar, los inefables beneficios de la “Voz del Silencio”.

Cuando el discípulo haya logrado comprender y experimentar plenamente: la Luz en el Sendero y la Voz del Silencio, podrá decir que ha sacado partido de las enseñanzas de su Maestro de Sapiencia. Antes de esto, es simplemente unESTUDIANTE de ocultismo o de génesis, un amante de la Verdad acaso, pero no un genuino Discípulo, Chela o Iniciando.

Los Maestros son enfáticos a este respecto, y antes de hacer genuinos Discípulos, hacen ESTUDIANTES. Nadie puede ser un verdadero Discípulo o Chela sin haber sido un aprovechado ESTUDIANTE. Por eso hemos hecho hincapié, veces y veces, en la necesidad de que cada Miembro de nuestra organizaciones Culturales y Espiritualistas, de la GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL, BLANCA, sean ante todo dedicados y acuciosos investigadores, ESTUDIANTES: de otro modo no han de descubrir nunca la LUZ EN EL SENDERO ni lograrán llegar hasta donde la VOZ DEL SILENCIO nos comunica sus elocuencias maravillosas ecuménicas.

Y si hay FANÁTICOS entre los Estudiantes de las enseñanzas y prácticas de la GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL BLANCA, o sea de los SANTUARIOS ESOTERICOS, es simplemente porque quienes pretenden considerarse como Estudiantes o Discípulos no son todo lo sinceros que se comprometieron ser, si se fijan con precisión en las Enseñanzas de su MAESTRO DE SAPIENCIA.

Ya es consabido que la alta sabiduría, las iniciaciones, las trascendencias de la Verdad Espiritual y Divina, en fin, no son accesibles sin la dirección constante y paternal de un auténtico MAESTRO DE SAPIENCIA. Pero sería error craso el creer que por el hecho de hacer profesión de fe bajo la directoria personal de un Maestro de Sapiencia, o por el simple hecho de asignarse ingenuamente a la protección de la GRAN FRATERNIDAD BLANCA o LOGIA COSMICA, cada particular interesado se ha de ver convertido en “Iniciado” y en plenamente “protegido”. No son pocos, en efecto, los “estudiantes” que llegan al Umbral del Templo de Isis llenos de promesas personales y buenas resoluciones, pero que pronto olvidan su sinceridad y todas las condiciones que se les indicara en el momento de ser aceptados, incurriendo luego en toda clase de desatinos y haciendo caso omiso de las más elementales recomendaciones o enseñanzas del Maestro de Sapiencia que ellos mismos escogieron, espontáneamente. Y así, desenvolviéndose en un fanatismo execrable, incurren en los mismos errores de antes, o sea como cuando eran pupilos y esclavos de sistemas dogmáticos y doctrinales exotéricos. Y luego naturalmente, achacan sus males y pésimos resultados, a supuestas inepcias o fallas morales de sus Maestros y mentores Espirituales, sin percatarse de que ellos mismos son los culpables de sus errores y malas andanzas. Si hicieran más caso a las enseñanzas que reciben de sus Maestros de Sapiencia, no tendrían nada de que quejarse jamás, y notarían pronto que las enseñanzas en referencia son insuperables, sublimadoras y de una inefable excelsitud.

Verdaderamente, en el SENDERO DE LA INICIACION, no puede haber fracaso, cuando el Discípulo es leal y fiel a carta cabal; pero para eso debe ante todo ser un aprovechado ESTUDIANTE. Es imposible ser Discípulo sin saber, sin comprender y sin experimentar las más elementales enseñanzas del Maestro.

Así, todo fanatismo es incompatible con la Iniciación. Un fanático es un Iluso. Ningún fanático logrará nunca comprender el profundo alcance de las enseñanzas que pretende seguir y experimentar. Por eso en nuestras organizaciones, somos celosos exponentes de Principios Incontestables y de verdades obvias, que cada Estudiante debe estudiar de veras y comprender ampliamente, antes de poder aprovecharlos y reclamar con dignidad, merecimiento y cordura el Discípulo superior, que entraña las experiencias mágicas y ecuménicas más trascendentales.

Y no faltan en nuestra organización los criticones, quienes por pereza mental o acaso por taras biológicas sobresalientes, no han querido hacer los esfuerzos iniciáticos más preliminares o no pudieron pasar las más elementales pruebas PREPARATORIAS de nuestras enseñanzas, se creen con derecho a dictaminar acerca de las condiciones ajenas y se abrogan facultades que están lejos de merecer, lanzándose a la labor de hacer resaltar faltas, errores o deficiencias ajenas sin conocer siquiera las suyas; y lo peor del caso, es que lo hacen con una petulancia de cabo insurrecto, y con la ínfula pontificia de un bedel improvisado en catedrático. Realmente, es fácil “poner picas en Flandes” y valiéndose del lomo ajeno y obrando con saña y sin el comedimiento que siempre aconseja la dignidad y la cultura bien preciada.

Por este motivo, hemos tratado de diversas maneras de impedir el CHISME y la crítica malsana y grosera, que distan de ser atribuidos de cultura o de decencia. Pero en nuestras instituciones, no hay lugar para necias actitudes de DOMINES, menos aun si se pronuncian con insultos chocarreros y denigramientos de “periodismo amarillo”. Entre nosotros debe prevalecer el respeto mutuo, y los más avanzados son los que más están en el deber de responsabilizarse por el progreso de los demás Miembros de la Institución. Con criticar o insultar a los demás, no somos muy FRATERNALES que digamos, ni tampoco DECENTES o CULTOS. Por eso cabe decir que el desenfado de papanatas palurdiano, en nuestros medios, es planta exótica que no podrá jamás arraigar, pues es un producto de mentalidad grotesca e inculta y nosotros nos desvelamos, precisamente, por hacer prevalecer un METODO DE CONCEPCIÓN Y ORIENTACIÓN CULTURAL FUNDADO EN EL MEJORAMIENTO DE LAS CUALIDADES MENTALES Y LA SUPERACIÓN INTEGRAL DEL SER. Para nosotros que nos dedicamos a suprimir “vicios” y “encauzar” subliminalmente a las almas de todas las categorías, buscando un excelso DESPERTAR DE LA CONCIENCIA, no puede tener validez alguna ni la indolencia ni la arrogancia malsana, ni la insidia ni mucho menos ninguna clase de odio

Nuestros CURSOS, por otra parte, son explícitos y bastante claros. De seguirlos el Estudiante, no puede apartarse del SENDERO ni fallar en sus mejores aspiraciones. Pero eso si, sepamos ser respetuosos de las creencias ajenas y dignos Caballeros, a la manera Pitagórica (relea el Estudiante “Los Versos Dorados de Pitágoras), si queremos ser de veras genuinos Discípulos de un Maestro de Sapiencia. De otro modo, se cambiará la etiqueta de nuestras creencias, pero estas seguirán siendo las mismas, y acaso cambiemos de Iglesia y de Dios, pero entonces seremos simples magulladores de un idioma desconocido, que no obstante no olvidan sus antiguos ídolos y prejuicios, farsas y fanatismos.

Una tendencia un tanto desastrosa que aparece entre los neófitos, que hemos condenado de una y mil maneras es la de considerar a los Maestros de Sapiencia como Deidades. ¡Craso error que proviene precisamente de la ignorancia! Ya lo hemos dicho y repetido incontables veces, los Maestros son seres como cualesquiera otro del Universo, en sus aspectos formales, bien que en lo Espiritual sean exponentes de una evolución superior. En términos de Conciencia, son Grandes Iluminados (Ungidos, Budas o Christos), y por ende expresiones del Verbo Universal o Encarnación del Espíritu Santo, la Verdad. Pero esta fase no la logran realizar sino los escasos Discípulos que han sabido ser fieles y dignos Estudiantes, y que con afán vivieron el fervor de los Elegidos Místicos, con la humildad de quienes comprenden que sólo se puede alcanzar la Verdad y los estados superiores de la vida “A los pies del Maestro”.

Sirvan estas palabras mías de recordatorio a todos los amantes de Verdad y sinceros Estudiantes, y ojala sea motivo de enmienda para aquellos que, acaso por excesivo celo, incurrieron en los errores aquí apuntados.

Ningún genuino Maestro de Sapiencia se impone como tal. Más bien es dócil y humilde y solo espera mayor comprensión de parte de sus Iniciados. Tampoco exige JURAMENTOS, ni impone CREDOS ni RITUALES, y lejos de cohibir la espontaneidad de sus Discípulos o Estudiantes, favorece su Liberación de toda clase de férulas y enclaustramientos de ideas o costumbres deprimentes o deletéreas, negativas o destructivas. Todo Maestro merece un culto por su superioridad y bondad, pero no es verdadero Maestro quien catea zalamerías, espera devoción o exige actitudes serviles de parte de sus educandos.

Pr. OM Lind Schernrezig

Enero de 1940

Publicado originalmente en Revista Ariel No. 3, Vol., V, febrero y marzo de 1944