Editorial

RESONANTE TRIUNFO PERIODÍSTICO DE “ARIEL”

El corresponsal de nuestra Revista en los Ángeles, California,
celebró una interesantísima entrevista con el
Príncipe Cherenzi, de Khan, Tíbet

Especial para “ARIEL
Por M. G. MORQUECHO
Enero de 1935

Le habíamos oído hablar varias veces en la serie de conferencias que ha estado sustentando en esta ciudad, y nos había deslumbrado, por así decir, no solo por la belleza del discurso y la novedad de la doctrina filosófica, sino por lo trascendental de las ideas expuestas, siempre con precisión científica. “Unir lo útil a lo agradable”, reza un adagio latino, pero aquí cabria decir que se ha unido lo agradable a lo trascendente.

Quisimos conocerlo más de cerca, más íntimamente, y solicitamos de su bondad incansable a que nos recibiese en lo privado.Accedió gustoso y no una sino varias veces hemos estado a visitarlo. Y de estas pláticas “tete a tete”, fueron surgiendo las maravillosas respuestas a nuestras interrogaciones.

Pero antes permítasenos que presentemos en breves palabras al gran humilde sabio Aung Maung Cherenzi: Personalidad física que pasa inadvertida solo un minuto, y decimos esto porque en su exterior es un hombre ni más ni menos que como el promedio de los mortales; pero basta dirigirle la palabra, estar cerca de él unos segundos, para que se sienta el cautiverio de su magnetismo agradable, se está junto a él porque se quiere estar, y al oírle hablar se pierden todas las facultades físicas para el mundo exterior y nuestra alma se queda pendiente de sus labios. Pelo negro, negrísimo, “como el ala del cuervo” que dijera el poeta. Facciones varoniles y enérgicas que suaviza su carácter; en pleno vigor de juventud; estatura media y color moreno. En México nadie le llamaría extranjero.Y bajo el cráneo de este hombre extraordinario vibra un cerebro que en nuestro concepto es de los más grandes del mundo actual.

Aung Maung Cherenzi, príncipe de sangre, descendiente directo de Gengish Khan, a quien el historiador H.G. Wells titula la figura militar más grande de toda la historia. Su padre es el actual Khan o Rey del reino de Chang, en la frontera del Tíbet, la Tartaria y la Mongolia, pero él ha renunciado a su categoría, con todas las pompas, las riquezas y los poderes de la grandeza asiática, prefiriendo la humilde vida de investigador de la Verdad. Su alteza el príncipe Cherenzi es conocido en el mundo por el título de HUTULKTU, o sea “Budha Viviente”. Es autor de varios libros que ha escrito bajo diversos pseudónimos, entre otros OM Dayananda, Mahatma Mahamsa, RabíDarti Ben Natchouns y bajo diversos títulos como Swami Jñanakanda de la rancia Ortodoxia Brahmánica, Getsun Ling, de la leyenda popular tibetana, y Anagarika Lhasshekankrakrya, título budista que significa “Unión con el Alma Universal y principios y poderes expresados”. También es el jefe reconocido del movimiento Budhista Moderno, y reformador del Budhismo tradicional, el más alto exponente de la filosofía de los Santuarios del Asia y Director actualmente del Santuario Esotérico Máximo Ch´An Cheng – Lob”, de Sin kiang, en la región norte del Tíbet. S. A. El Príncipe Cherenzi es autoridad tanto en materia de profunda filosofía como en ciencias, siendo universalmente conocido por sus teorías acerca de la constitución del átomo, del origen de los rayos cósmicos y la naturaleza de la luz, así como también por sus grandes descubrimientos de los más complejos problemas de altas matemáticas y que ha hecho concebir una nueva geometría que permite trascender las tres clásicas dimensiones llamadas físicas.

La presente entrevista reviste una excepcional importancia por cuanto trata de un individuo extraordinario, y en fin porque revela, por vez primera, la verdad entera respecto de este extraño personaje de múltiples personalidades y conocido hasta ahora tan solo por sus numerosos títulos y pseudónimos. Vivió siempre escudado en su majestuosa indiferencia por las glorias y distinciones humanas en lo que podría llamarse la mayor “impersonalidad”. De ahí que nunca diera a conocer hasta ahora su verdadero nombre.

Salón de estudio más que habitación es el lugar donde nos recibió, papeles y libros en todos los lugares disponibles, de una pared cuelga una pintura al óleo del Príncipe en traje talar a la usanza del Tíbet, túnica amarilla símbolo de la sabiduría y manto blanco, copia de una fotografía tomada en uno de los santuarios de Alemania. Sentado al borde de su cama, se puso pacientemente a contestarnos. 

Nuestra primera pregunta fue:

- ¿Qué es la Filosofía Budhista y en qué está basada?

- La Filosofía Budhista es, ante todo, una comprensión clara de lo que es la vida, vista o analizada desde sus más pronunciados ángulos de importancia, esto es, de actualidad a la vez que de realidad en sus más diversos aspectos ya inmediatos, ya fundamentales o bien trascendentales. Por tanto está basada en la constitución o esencia de la vida y sus objetivos son el logro de una satisfacción total de los motivos y propósitos que pueda tener en sí. Esto significa que la Filosofía Búdhica no es, en síntesis, ningún “ismo”, como parecen creerlo muchas gentes, ni puede reducirse en ninguna forma sintética de forma doctrinal o forma dogmática, pues trata de lo fundamental y en fin de la esencia de las cosas, razón por la cual el tiempo y el espacio, que son nociones convencionales, no tienen función de agentes primordiales como en las filosofías clásicas y académicas, y esto no lo persigue la Filosofía Budhista con ninguna elucubración hipotética o basada en ese fantástico “punto de apoyo” de las filosofías místicas llamado Nóumeno, especie de fantásticosubstractum de todo lo desconocido e incomprensible a los “pobres de espíritu” .

- ¿Será esta Filosofía la salvación del actual caos moral de la humanidad?

- Absolutamente. Inevitablemente. Indispensablemente. El actual desquicio moral de la humanidad es evidentemente la consecuencia de un desbarajuste mental; es decir, de un maremágnum de concepciones carentes de genuino valor. En otras palabras: la presente bataola mundial o humana es una consecuencia de una perdida del “sentido” de los “valores”. La Filosofía Budhista es en sí una expresión de esos valores, y no de juicios convencionales o consagrados, que a lo mejor no representan sino una inflación, desde luego arbitraria, de una “Realidad imaginaria”. Atendamos a esos valores como lo asienta la Filosofía Budhista y entonces todos los problemas de orden ético y las crisis de orden mental o espiritual se desvanecerían como por ensalmo, y sus consecuencias político–sociales y aún biológicas también desaparecerían de nuestro complejo escenario de vida superficial exagerada y errónea, que tan pomposamente llamamos civilización.

- ¿Es verdad, como se dice en una entrevista con Ud. publicada en un periódico local, que esUd. un reformador del Budhismo?

- Sí. Es verdad. Desde el año de 1913 vengo empeñado en una campaña mundial destinada a establecer tal reforma. Pero esta reforma no tiende sino a restituir los primitivos Valores espirituales de las enseñanzas del Budha. Es por eso que se me ha semejado por varios historiadores modernos, entre los cuales cuéntase Anatole France, H. G. Wells y Oswald Spengler, como nuevo Budha, y otros hablan de similitud con la reforma protestante surgida del seno del Catolicismo en el siglo XVI.

- Pero hemos visto que lo aclaman a Ud. como Budha.

- Efectivamente; pero no me toca a mi expresarme sobre este particular, bien que según la Filosofía Budhista somos todos “Budha” en esencia y es lo que llamamos “Adi – budha”. Luego, llevo el título así como la dignidad en el oriente de HULTULKTU, que significa “Budha Viviente”. Este título se refiere a un estado de emancipación espiritual. Ahora, hasta qué punto estas condiciones puedan referirse al título de Budha como en el caso del Príncipe Gautama de la India, es un hecho que tan sólo los más Iluminados Espíritus pueden decidir. La palabra Budha quier decir “Completamente Iluminado” o “Emancipado” de los planos inferiores de la vida.

- ¿En qué forma piensa Ud. hacer llegar a la humanidad el valioso mensaje de susdoctrinas?

- Este mensaje está promulgado y difundido por medio de una enseñanza directa de Maestros a Discípulos en nuestros Santuarios del Oriente y en diversas sociedades creadas en todas partes del mundo. Luego, tenemos el poder espiritual, de suyo, que ejercemos perennemente, enviando nuestros pensamientos por los SIETE puntos cardinales. En esta ciudad de Los Ángeles, como Ud. lo sabe, acabamos de fundar dos de estas sociedades (una en Inglés y otra en Español) y tenemos alrededor de 80 en diversas partes del mundo. De esta manera hacemos conocer al mundo los Valores Fundamentales de la Filosofía Budhista, de acuerdo con la reforma establecida e inspirada por mi mismo y que es conocida en todas partes como “Renacimiento Búdhico”. La palabra Búdhico quiere decir “Esencia Vital”, Fundamento de la Vida, Principio Espiritual, y Realidad trascendental. No vale, pues, confundirnos con los erróneos calificativos atribuidos al Budhismo según lo entienden los pensadores del mundo Occidental. El Budhismo NO HA SIDO NUNCA una Religión ni PODRA SERLO NUNCA, por cuanto el Budhismo no sustenta ninguna teología doctrinal o dogmática; no tiene sacerdocio “representador” de ninguna divinidad ni tampoco huestes celestiales del todo problemáticas, y mucho menos tiene dogmas convencionales, siempre erróneos y arbitrarios, qué imponer a las multitudes o con qué alimentar a la ignorancia humana. Por lo tanto, la reforma instituida por mí es meramente de orden espiritual y de profundos alcances filosóficos, más no tiene nada qué ver con la religión, puesto que el Budhismo es en sustancia una Ética Trascendental, que persigue únicamente el mejoramiento del ser humano, sin presumir de arreglar a su manera ninguna cosmología natural y universal, o presumir de representante de la Divinidad. El Budhismo reformado, precisamente, es un empeño para depurar al Budhismo de todas lasacreciones doctrinales con que se le ha vestido en el transcurso de los siglos, y de paso damos la nota de alta espiritualidad depuradora para todos los sistemas de misticismo, filosofía y religión. Vale la pena de usar la frase de Renán al referirse al Budhismo, omás bien dicho a la Filosofía Budhista, pues es verdaderamente la “Ética Filosófica Abreligiosa”. Viajes alrededor del mundo por altos jefes de Santuarios también facilitarán la difusión de mi Verbo Reformador. Después de mi seguirán otros, que trabarán relaciones y buscarán una íntima cooperación con todos los centros académicos docentes y culturales y también con los gobiernos, para una mejor comprensión de nuestra Filosofía y una mejor convivencia para los 800 millones de Budhistas (una cuarta parte de la población del globo terrestre) que representamos.

- Al difundir Ud. sus doctrinas despertará en la humanidad un gran deseo por el Budhismo. Siendo así, no cree Ud. que muchos que no le han oído se desorientarán leyendo tantos errores como se han escrito sobre esa admirable filosofía? ¿Qué obras recomendaría Ud., o tiene preparado o escrito ya algún libro que sirva de texto para el occidente?

- Verdaderamente. Pero nunca es demasiado tarde para hacer enmiendas y es mi propósito de corregir todos los errores que se hayan podido difundir en derredor de mi nombre o con respecto a mi alta misión durante este actual viaje mío alrededor del mundo. Viajo en representación oficial del entero mundo Budhista, llevando poderes especiales de representación ante la liga de las Naciones y cualquier congreso que encuentre conveniente asistir, y asimismo poseo plenas atribuciones para tratar con los gobiernos de todos los países dentro de mis calificaciones como Director del Santuario de Ch’AnCheng ´lob de Sin Kiang, (Tartaria) que es el principal de todo el mundo Budhista, y como Presidente de la “Unión Universal de los Líderes Espirituales para la Definición de la Filosofía Búdhica (Fundamental)”, Chygatzeh, Tíbet, y en fin poderes otorgados por las principales Sociedades Budhistas de todo el mundo. No caen en esta cuenta los así llamados “Budhistas” del Japón. En el Japón el “Budhismo” es una “iglesia organizada” con todas las características que son flagrante oposición de lo que el Budha recomendara en su magistral Filosofía; esto es una especie de ¡“cristianismo disfrazado, orientalizado, de payasada pantomimesca”!

Yo soy el primer Tibetano que pise tierra americana. De esto no hay la menor duda, y con toda seguridad el único Tibetano que hable el Castellano, el Francés y el Alemán, esta es la razón por la cual he sido escogido para esta misión.

Tengo un gran número de obras escritas y como 28 de ellas publicadas en diversos idiomas y bajo diversos pseudónimos. Como libro de texto recomendaría únicamente mi curso de estudios que puede obtenerse en nuestras diversas sociedades oficiales de una manera completamente gratuita y siempre que haya un sincero anhelo de perfeccionamiento.

- ¿Existe ya en la actualidad algún Iniciado o Iniciados que reformen o guíen a la humanidad en esta al parecer época de transición?

- Hay muchísimos supuestos iniciados que andan imponiéndose al mundo con sus fantasías y presunciones. Estos son peligrosos, pues desvían alas almas sinceras y con sus engaños siembran la desconfianza, pues tarde o temprano sus pretensiones se derrumban. Los verdaderos Iniciados nunca andan pregonándolo; pero por su interés, por sus aptitudes, por su dinamismo y en fin por sus frutos se dejan conocer. Las épocas de transición tienen lugar precisamente por la falta de acción de genuinos Iniciados. En aguas turbias “cualquier parvenue” resulta pescador. Pero los genuinos Iniciados crean épocas y traen soluciones a todos los problemas con su dinamismo equitativo y verbo espiritual, no meramente verbosidad demagógica.

- Vemos en el mundo actualmente una inversión de valores, como Ud. nos ha dicho, más ¿No cree Ud. que en lugar de inversión pudiéramos llamarlos cambios o transición? Todo, desde la constitución física hasta la psíquica en el hombre, obedece a influencias cósmicas. Siendo así, la humanidad pasada tuvo sus valores y la nueva prepara los suyos. Lo que pasa actualmente en el aparente desequilibrio es pues solo eso, una transición o el entrar del sistema solar a una nueva influencia cósmica Zodíaca?

- Verdaderamente, en la actualidad no hay tan solo una transición de valores como lo indica Ud. sino más bien una “inversión de valores”. No se olvide Ud. del ejemplo que le puse. Hoy lo aparente se lleva a lo fundamental y genuino. Unas joyas de “Ten Cents Store” encuentran más simpatizadores que los genuinos elementos de las grandes joyerías. La virtud es consagrada y apreciada tan solo en lo que tiene de aparente, y lo mismo puedo decirse de la moral. En una palabra, hay una gran carencia de valores hoy día, una verdadera bancarrota del concepto realista del sentido de lo valioso. Las olimpiadas fáciles merecen mayor consagración que los principios del Olimpo. Y en fin, se ve heroísmo en un grotesco boxeador y no en la maternidad. Se deifica a cualquier cabo convertido en general de la noche a la mañana, o a cualquier bedel que asalta con éxito al poder de cualquier nación y no se sabe reconocer ni recompensar los alcances de los investigadores que sacrifican su vida en el estudio científico.

Sí, esto puede ser transitorio, pero es una inversión de valores, pues en realidad es una verdadera prostitución del concepto y del sentido trascendental de todo genuino valor.

- ¿Cómo ve Ud. en las cinco partes del mundo el renacimiento espiritual; o mejor, en qué continentes se nota ya un poco este despertar de que Ud. nos habla?

- En todas partes por igual. No es que sea pesimista por la negrura del cuadro que le acabo de describir, pues es superficial. En todas partes del mundo manifiéstase un desasosiego muy significativo, pues a pesar de los caracteres burdos y trágicos de la actual civilización en pleno desquiciamiento tambaleante y desgarrador, de insensatez fanática por una parte y de truculento “Comunismo” por otra, hay también un genuino fervor por una regeneración consciente. Es tal como si la humanidad se encontrara en medio de una tremenda pesadilla de la cual se librará de una manera súbita, despertando sobrecogida por los horrores de un desenfado estúpido y cínico de la psicosis civilizada (?) de nuestra humanidad traumatizada en su emocionalidad y en sus funciones mentales.

- ¿Qué opina Ud. de la religiones?

- Las religiones son todas buenas, quitando lo que tienen de malo. Teológicamente hablando creo que las religiones perplejan a la mente y son desviadoras del espíritu, precisamente porque nos privan de los genuinos valores íntimos que nos puede descubrir la razón. En este sentido creo sinceramente que las religiones son un verdadero “opio de la mente”, pues nos sumergen y ponen a merced de toda suerte de fantasías y erróneas divagaciones y de estrafalarias especulaciones. Saquemos de la religión el veneno y queda muy buena. La religión como fundamento y como función ética es ideal, maravillosa; pues tan solo por medio de los fundamentos éticos podrá la humanidad orientarse hacia derroteros de genuina emancipación moral y, en fin, de actitudes mentales edificantes capaces de hacer de las gentes unos individuos verdaderamente honorables y ciudadanos útiles a la colectividad humana. No son “ismos” religiosos ni políticos lo que precisa la humanidad para la gran renovación en ciernes, sino verdaderos , profundos conceptos de ética trascendental….

La “teología” mantiene a la religión en condición estática, a trueque lo “ético” la vuelve actual, dinámica y edificante. La teología es fantástica, y por lo tanto estrafalaria, por lo menos; de no contar con la ética en la cual se apoya cual enfermo incurable, de la cual se nutre cual vampiro siniestro e insaciable, nunca tendría visos de realidad ni podría presumir actualidad o asumir ilusorias proporciones de Verdad; la teología es la escoria de la mente ignara consagrada o deificada, y constituye el más recio obstáculo a todo progreso espiritual.

- Acaba de mencionar Ud. SIETE puntos cardinales…

- En efecto quise ser cabal. No hay nada de espantoso en esto, creo. El Budha Gautama, 26 siglos atrás, se refirió a estos 7 puntos cardinales, mostrándose un maestro de geometría. El centro de toda figura, el nadir y el cénit, a mi entender, son genuinos puntos cardinales ¿Por qué no considerarlos también? ¿Acaso no son “puntos” indispensables, tan valiosos como coordenadas, como pueden serlo los demás? Por de pronto, si omitimos el “punto central”, todas las demás referencias quedan superfluas e irrisorias. Viene a ser algo así como hablar de tiempo sin espacio, y viceversa, o de cuociente sin divisor en una operación, o aún de una esfera hecha de tangentes.

- Hemos leído en la prensa y en varias biografías suyas, que es Ud. descendiente del famoso conquistador Gengis Khan ¿Qué podría Ud. decirnos de este supremo genio militar según el criterio de H. G. Wells?

- Que Gengis Khan es antecesor mío por la línea paterna, y mi padre es en la actualidad Khan de Chan, un reino nómada de los tantos del Asia Central, y que es uno de los últimos vestigios y reductos del más poderoso imperio que existiera jamás sobre la tierra, pues comprendía la casi totalidad del Asia y gran parte de Europa.

Gengis Khan era más que un genio militar como no ha habido igual jamás. Era, ante todo, un gran espíritu, y le preocupaba mucho más la lectura y la espiritualidad que todos los demás bienes mundanos. Su imperio fue creado por su gran empeño de ver a la humanidad más culta y espiritual, y con este propósito invadió Europa hasta Hungría y Bulgaria y gran parte de Polonia, y se apoderó del Asia casi íntegramente.

Allá en mi tierra se sueña con él, y se le considera el genio salvador del Asia, pues su reino fue de justicia, de benevolencia, de paz, y de grandes alcances culturales y florecimiento espiritual, como nunca se había conocido antes de él, y como después de él no se ha vuelto a experimentar. ¡Quién sabe si no hay mucha verdad en nuestras leyendas, hoy muy insistentes, que hacen presentir que no está lejano el día que Gengis Khan dará muestras nuevamente de estar vivo!

- Las religiones todas buscan o fueron inventadas por el hombre buscando la felicidad. ¿En qué consiste la felicidad o qué es eso que el hombre a través de millones de años ha luchado por adquirir? Además ¿Podemos conceder que la ha hallado alguna vez antes de ahora?

-   ¡La felicidad!... es lo que persigue la religión, pero como esta se ceba y encapricha con pingües negocios, se materializa hasta el punto de convertir a esta máxima preocupación y constante aspiración del ser humano en objeto de explotación; de ahí las promesas de eternidad o felicidad en el más allá y la teologización de la religión. La teología es enemiga de la felicidad humana en este mundo y en la actualidad y es por eso que creó un Dios cruel y vengativo y un demonio impróvido y siniestro, y condena el pleno goce del amor y el concepto del libre albedrío, que son las peores trabas a la emancipación espiritual del hombre, y para peor mal imaginó un infierno para aquellos que rehúsan a tomar en serio a estas burdas falsedades de cínicos fariseos que comercian con los sentimientos humanos y estafan los más puros anhelos del corazón. Si no logramos la felicidad aquí abajo, es porque la teología nos lo impide con sus trágicas barreras de negatividad moral, de ofuscación mental y de envenenamiento del espíritu con sus dogmas cínicos y falaces doctrinas.

El día en que la Ética esté desvinculada de toda “religión organizada”, ese día la felicidad habrá hecho aparición en el mundo. Me refiero, aquí, a la Éticacomo empeño de mejoramiento de la naturaleza humana, no oportunismo cual lo asienta el burdo axioma: “No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti mismo”.

Si al criminal y al demente no le importa lo que se les haga a ellos, y si a un boxeador le gustan los puñetazos a todas horas, no por eso debiérase permitirles que hagan a sus anchas todos los estragos que a ellos se les antoje…

La felicidad es nuestra íntima satisfacción o deleite y paz de conciencia traída por una ética complaciente, respetuosa y enaltecedora. La felicidad es euménide de la dignidad, y esta está basada en la cultura y en bellezas internas, no en doctrinas celestiales ni en códigos convencionales.

La inmortalidad, con el asequimiento de todos los anhelos íntimos del hombre, sería, en mi concepto, la felicidad.

- ¿Existe y en esa forma la inmortalidad?

- ¡Oh! La inmortalidad, lo único inmortal, en el sentido común de esta palabra, que yo conozca, son las estatuas. Pero ¡qué aburrimiento resultaría eso para la naturaleza humana que exige cambios, variaciones, novedades y sobre todo, vanidades!

En síntesis, la felicidad es el pleno goce de nuestras íntimas aspiraciones, y nuestros caros ideales, en la realización de nuestros más profundos ensueños, la coronación de nuestrosesfuerzos, que son múltiples y variantes a lo infinito ¿Cómo, en tales circunstancias, pretender anhelar, al mismo tiempo que la felicidad, la eternidad? Yo creo más bien que lo sabio es gozar la eternidad en cada episodio de dicha, y anhelar la felicidad eternamente contentándose con lo que de ello logremos.

- Si como dice Ud., es perjudicial o por lo menos inútil ser malo, ¿Cuáles son los beneficios ulteriores positivos de ser bueno?

- A mi juicio el problema del bien y del mal no es otra cosa que un asunto de apreciación de la felicidad. Calificamos de malo aquello que nos es desagradable, y de bueno loque nos conviene, halaga y divierte. Consideradas así las cosas de la vida, pierden su trascendental significativo ilusorio, y entonces aprendemos que la sabiduría consiste en humanizar nuestra felicidad con la de los demás individuos, y en fin, tratar de no causar desagrado a los demás. Así, no pecaremos de agresivos y no perturbaremos a la felicidad ajena, y de esta manera seríamos “buenos” y estaríamos en condiciones de apreciar lo que vale el no ser “malo”. En resumidas cuentas, la felicidad consiste es ser complaciente o compasivos hacia los demás, y en dominar a los propios impulsos que puedan causar en nosotros mismos cualquier clase de desagrado.

- “La inteligencia y la vida son eternas; eterna es la materia y eterno el movimiento”, según el Dr. Fortunato Hernández. Pero ¿Cuál inteligencia y vida? no ciertamente la nuestra ni de la nada como entidad individual ¿Qué queda, pues, de nosotros, después de la muerte? ¿Llegaremos al cabo después de tanto fútil y arduo estudio a la triste conclusión de Spencer?

- Yo no sé nada de lo eterno, y no hablo de lo que no sé, ni mucho menos creo en lo que nada conozco. Como haya logrado trascender a lo limitado y efímero de dominio de las formas y de lo fenoménico, sabré algo de lo eterno, y entonces podré responder a su pregunta.

Mi inteligencia, ayudada por las experiencias de mi vida, me insinúa y convence de que todo lo que está caracterizado por “formas” y “movimientos” es transitorio. Ahora, si la inteligencia y la vida no son de suyo eternas, trascendentalmente perenne, entonces si que Schopenhauer tenía razón en ser pesimista, y Nietzsche en volverse demente. Pero esto es de todas maneras diferente del crudo y acre materialismo spenceriano o de Pantajali.

- Cree Ud. en la ingerencia de la Iglesia en los asuntos del Estado o viceversa?

- Ambos representan, en la actualidad, funciones y objetivos distintos, aunque con más o menos idénticos medios. Por la vía espiritual la una y el otro por la vía material, ambos persiguen el logro de la felicidad para los seres humanos, y es por eso que antaño ambos poderes estaban íntimamente aliados, se complementaban y hasta se soportaban mutuamente. Pero luego evolucionaron por distintos derroteros, hasta que hoy en día han llegado a ser expresiones y hasta aspiraciones distintas, alcanzando a veces formas antagónicas.

Puesto que son ahora dos funciones distintas, opino que debieran permanecer separadas, y tratando lo más posible de armonizar sus respectivos esfuerzos, puesto que sus finalidades son, por lo menos, idénticas, o sea procurarle al hombre su felicidad deseada.

- ¿Pero cree Ud. que la Religión es fuente suprema de felicidad?

- La religión quiere la felicidad para el hombre, pero no se la procura. Tan solo la promete, dejando a cada cual el cuidado de describir como se le antoje a la felicidad que anhela. La religión debiera ser la satisfacción de ese anhelo místico del hombre por lograr la felicidad, el goce de sus aspiraciones logradas, pero se limita a explotarlo. De ahí su fracaso moral y espiritual.

- ¿Cómo debiera ser el tipo de gobernante ideal para un pueblo deseoso de progresar en las lides de la civilización?

- Si por civilización entiende Ud. perfeccionamiento ético diré que ni el político profesional o patriotero, ni el militarista aventurero o procaz tienen las aptitudes requeridas para llevar al barco de una nación a puerto seguro en medio del proceloso mar de la vida económico-social.

El plan de una Universidad o de un Instituto técnico es a mi entender, ideal ¿Por qué no adaptarlo al mecanismo gubernativo de las naciones? El gobierno es una ciencia destinada a solucionar un sin fin de problemas económico – sociales – pero de todos modos una ciencia, no una serie de caprichos, ni miras personalistas, de tiranías convencionales o dogmatismos de “partido”. Ahora, puesto que los conceptos evolucionan, ¿Por qué no se procede a modificartambién los carcomidos moldes sociales? ¿Por qué no sacrificar de una vez los erróneos caprichos del pasado, basados en unos conceptos personalistas y de “individualismo de explotación”, y en fin, buscar nuevos derroteros de ciencias sociales aprovechando las lecciones de los centros docentes y de investigación?

Dirán algunos que gobernar es regimentar esfuerzos y administrar bienes colectivos. Concedido, pero la Universidad hace lo mismo, y nunca se ha oído hablar de usurpación de poder o de una revolución en una Universidad bien constituida. Se ha visto el caso, sí, de perturbaciones en ciertas Universidades Latino Americanas, pero estos trágicos absurdos fueron el producto de una mezquina política de servilismo de la educación o ya necios empeños de unos educandos queriendo fijar normas y métodos a sus educadores…

- Ud. debe haber tenido muchos triunfos en su vida. ¿Cuáles considera mayores?

- Pues, ¿qué le diré? Los hechos son así. Mi vida es de constante lucha, y como Ud. ve, soy de un tremendo dinamismo. Soy del tipo de los hombres creadores. Destruyo a veces, pero nunca sin edificar acto seguido. Y eso sí, no pierdo nunca campaña alguna; y mis batallas son todas limpias; a campo abierto, sin cuartel y hasta ¡vencer!...

Gran triunfo mío fue mi campaña contra el señor Krishnamurti, contra quien luché por diecisiete años batallando contra su falaz y burdo mesianismo, que yo consideraba una gran farsa, una impostura, una villana explotación de la credulidad humana. Gané. Batallé contra el profesor Einstein, cuyo relativismo me pareció siempre una “miopía mental” y un “estrabismo técnico”, por trece años. Hoy él mismo se da por vencido, reconoce sus errores que le hicieron ser consagrado como genio, y en fin utiliza mis propios argumentos. Gané. Hesido siempre un ardiente oponente científico y filosófico del Comunismo. Gano siempre. Ahora estoy de campaña contra los falsos misticismos, el clericalismo disfrazado de religión, la estulticia bautizada de espiritualidad. Aquí en América hay el arquetipo de esa clase de impostura o magistral opiato de la farsa mistagógica, en el rosicrucianismo denominado AMORC - ¡Gané!

- ¿Para qué seguir? Tendría Ud. que escribir no ya una entrevista, pero si unaenciclopedia.

-   Lo único en que no he ganado es en el amor. ¡Como Napoleón! Pero creo que esto no es asunto de lucha… Ni me sentaría la siniestra megalomanía de ningún carnicero humano o antropoide de mente cual Napoleón.

- Hay felicidad eterna posible. ¿No sería eso lo que los Hindús llaman Nirvana?

- Ser feliz es vivir, y ¡oh paradoja! vivir es ser desdichado… Mientras se es feliz la inmortalidad triunfa. ¿Pero qué es la felicidad?¿Acaso sea tan solo el intervalo entre cada desdicha? En tal caso la felicidad es la inmortalidad, puesto que da la medida del tiempo en la sinfonía de las acritudes y sinsabores de la vida.

Nirvana es la ausencia de la vida, el trascendimiento de lo fenoménico, y por lo tanto es la felicidad suma.

- ¿Conviene ser moral? ¿Cuáles son sus consecuencias?

- Por lo menos, la satisfacción moral que ella produce en el ser humano, y, desde luego, un mejor estado de salud. El bienestar mental repercute sobre lo físico. Para comprender esto no hay necesidad de teología, de incentivo compensador, o de odioso infierno, pues ni el temor ni la vanidad lograrán jamás desarrollar las mejores facultades del hombre y conducir a la mente hacia sus trascendentales realizaciones.

La moral es, y siempre será, la solución que halla el hombre a sus problemas de comportamiento social e individual.

- Hablando de México, ¿Qué nos dice Ud. sobre la civilización que había en ese país antes de la conquista y de la tradición de Quetzalcóatl?

-   Uno de mis grandes sueños es estudiar a fondo esta civilización, como hice con la Incaica de Sur América. Pero no tengo la menor duda de que la de México fue sumamente avanzada. Espero ir a México pronto a estudiar las proposiciones, la orientación y ciertos símbolos de las grandes pirámides allá, para descubrir algo de los conocimientos de matemática y de astronomía de ese antiguo pueblo, que estoy seguro fueron avanzadísimos.

Creo no equivocarme al decir que la españolización y cristianización de ese hermosopaís constituye uno de los siniestros errores históricos de la humanidad. Allí, una vez más, demostrose que el fanatismo religioso y la ínfula racial son malos consejeros, pues le inspira necios prejuicios y una supina ignorancia. ¿No es mejor, acaso, dejar a los autóctonos con su propia religión, creada por ellos mismos y para sus propias necesidades y según sus propios conceptos étnicos? En cuanto a la raza, no veo en que la raza “blanca” pueda ser más noble, más espiritual y más dignificada que los autóctonos de México.

De la tradición de Quetzalcóatl solo le diré que la encuentro superior a la que la sustituyó, pues está basada en la realidad natural y no tenía absurdos tan insultantes a la inteligencia humana y a la razón, como los tiene la religión moderna que con sus arrogantes estribillos teológicos que son laquintaescencia del fanatismo, de la superstición, y de un absolutismo autoritario, egoistico, presuntuoso, cínico, arbitrario, convencional y siempre siniestro, por lo antilógico y antinatural.

No digo que la antigua tradición Mexicana era mejor que la cristiana moderna , pero si que era inmejorables para los genuinos mexicanos.

- ¿Qué concepto tiene Ud. del nuevo sistema educativo en México, y de los cambiosbásicos que en todos órdenes lleva a cabo el actual gobierno?

- No estoy muy al tanto de ello, pero puedo aventurarme a decirle que el fenómeno mexicano es sicológico, y no meramente ideológico. En una palabra, creo que la innovación social y económica que se perpetra allá es, más que todo, un despertar de las íntimas cualidades raciales de los mexicanos, producido por sus terribles experiencias bajo las siniestras férulas religiosas y políticas desde la conquista hispana.

- ¿Qué nos dice Ud. de las obras de Vasconcelos y de su libro “La Raza Cósmica”?

- Me apena decirle que no conozco esa obra de Vasconcelos, pero haré lo posible por conocerla. Lo poco que leí de este señor no me autoriza a pretender estar familiarizado con sus valores.

- ¿La influencia, al parecer dormida, de la raza indígena mexicana, que aún sumamillones, llegará al fin a predominar sobre la raza blanca injertada en México?

- No tengo de ello la menor duda, y lo que es cierto en el sentido étnico lo será pronto también enlo ideológico y religioso, pues esto es de carácter psicológico, y la psiquis es, en su esencia, de designios eminentemente étnicos. Ya oyó hablar Ud. de mi concepto de “potencial étnico” como expresión de vitalidad,psiquis, sentido genésico y espiritualidad.Pero eso si, esto no ocurrirá por medio de decretos o Ukases, ni mucho menos por medio de golpes de estado y cambios de “camisa”. El proceso es psicológico yla misma educación puede poco en este caso.

- ¿No cree Ud. en el matrimonio? Se le ha atribuido la frase “Las caras mitades resultan demasiado caras”. ¿No cree su alteza en el amor?

- ¡Que si! ¡Me refería a lo caro en experiencias que resulta el Amor, y en fin, lo queridas que son a pesar de todo!

- Entonces ¿No se casaría Ud.? ¿Cree su alteza saber lo que es el Amor?

- Amar no es difícil, si se tiene la dicha de ser amado también, y en tal caso esta dicha es la mayor bendición del cielo. Pero de otro modo, la vida resulta infernal. Llevo en el corazón una gran desilusión: la de no poder creer en lo desinteresado del Amor de mujer alguna que haya conocido. Quizá sea esto una forma de desengaño de los tantos que uno logra en el curso de la vida, pero yo lo considero una maldición. Creo que el más genuino testimonio de la salud del cuerpo y del alma, de la felicidad, y de la espiritualidad, la constituye el Amor. El día que logre tal Amor, compañerismo íntimo e inquebrantable del corazón y del espíritu, no creo que habrá mejor recurso que consagrar esa comunión como la naturaleza lo reclama y como los hombres lo santifican.

Aquellos que huyen del Amor desperdician las mejores oportunidades de la vida, y los que lo niegan o condenan, son o bien engañados o ya enemigos de toda nobleza espiritual.

No hay Amor desgraciado. El Amor es siempre una DICHA. Donde no hay “correspondencia” no hay genuino Amor, pues Amor ya lo he dicho en el curso de mi Conferencia sobre el particular, es una armonización de estados mentales, ideas, conceptos, emociones, sentimientos y en fin de coordinación de aspiraciones espirituales y supremas realizaciones subliminales. Donde no hay tales condiciones armonizadas, no hay el fenómeno AMOR, y por lo tanto, ¡si hay desdicha es porque no hay AMOR! Donde prive la desdicha en el Amor, es donde el Amor tiene tan solo una cara, osea, que no es correspondido, y entonces es un puro egoísmo,o a lo menos una mera explosión de reflejos sicológicos y deseos reprimidos. Esto es PASIÓN ANIMAL, exaltación fisiológica, más no AMOR.

- ¿A qué obedece, que finalidad, por qué de este ciclo de venir de lo perfecto en graduación hasta lo llamado imperfecto o íntima manifestación del “espíritu universal” para volver a empezar la escala ascendente hasta regresar a la fuente de donde venimos?

- ¿Y cree Ud. en estos “cuentos de cuna” todavía?A mi buen entender, esta teoría absolutista es burda, tan absurda como el relativismo de Einstein que quiere que una línea recta sea en sus extremas proporciones un círculo.

Verdaderamente, no hay razón en la vida si todo se resume en una desproporcionada odisea para siempre volver al mismo punto de origen. En tal caso yo me inclinaría a creer que el germen de la execrable miseria de atroz ignorancia, de toda la infamia de que es capaz el ser humano, es de procedencia Divina primordialmente, y en consecuencia, que toda esa trágica realidad es una función “Divina” en sus trascendencias. Si tal filosofía Aristotélico–teológica de magistrales absurdos, no fuera tan trágica, diría que es una cínica burla de la credulidad humana.

No, lo imperfecto no puede proceder de lo perfecto. Quizá se despierte de esa burda pesadilla mental pronto la humanidad, y será el fin de un sin fin de necedades equívocamente denominadas “Religión”. Se profieren tantos absurdos en nombre de Dios y se cometen tantos desatinos y crímenes en honor suyo, que por fuerza tengo qué dudar de que “Él” se entera de ello; de otro modo, de seguro que sabría ponerle coto, y como es el peor de todos los cómplices. !OH humanidad! “Quosquetandom”. ¿Cuándo te librarás de las fuerzas de tu ingente ignorancia?

-¡Por último. ¿Dónde adquirió un conocimiento sintético (valga la palabra) y real en el cúmulo de enseñanzas y doctrinas, unas falsas y otras tal vez no, para enterarse de las cuales no bastarían varias vidas? Mejor si la pregunta no traspasa los límites de la discreción, ¿Cómo fue posible en Ud. obtener tan profundos conocimientos de la vida humana, si no de todos los conocimientos científicos actuales, en tan cortos años?

- He vivido mi vida muy intensamente, y mis Maestros allá en las alturas de los Himalayas Tibetanos y en las estepas queridas de Mongolia y Tartaria saben enseñar. En fin, colocándome siempre en alto con respecto a la vida, pude gozar de los beneficios de unas coordenadas de juicio que me permitieron comprender mejor la vida. Mi educación primera fue puramente Budhista, aunque mi madre era de la más intransigente ortodoxia Brahmánica, y mi padre gran jefe Mahometano. En Mongolia me inicié en la sapiencia Taoísta, y en las Universidades Europeas bebí de la dudosa sapiencia cristiana. No cambiaría los valores Budhistas por nada en la vida ni por un día. Ya le dije lo que es genuino Budhismo. ¡AH!, me olvidaba, la mayor sabiduría llega sin esfuerzo cuando se es verdaderamente sincero consigo mismo y para con los demás y hacia todas las cosas. Estoy más seguro de esto que de todo lo que me ha oído hablar antes.

- Una pregunta más, Maestro, ¿Le gusta a Ud. la música?

- De Beethoven y una buena música sentimental Española. No hay nada mejor para descubrir lo que hay en nuestro ser. Si no se vibra y vive mejor con esto, entonces no se sabe de los profundos valores de la vida.

***

Calló el Maestro y un hondo silencio iluminado siguió a sus palabras. Parecía que en la reducida estancia habían desaparecido los objetos de una niebla lumínica. Y era que en nuestro interior, al conjuro de su verbo habían renacido auroras.

Estrechamos la generosidad de su mano, y salimos de nuevo a la vida.

Las calles y las cosas, la cortesana vanidosa ciudad del cine, todo, tenía un distinto sentido.

Y en nosotros, todas nuestras teorías, todos nuestros años de esfuerzo en el estudio, habíanse hundido en un fondo profundo de tinieblas.

Ser franco, ser franco en la vida, con nosotros mismos, con todos, con la naturaleza, ¡Qué bella condensación de la sabiduría humana!