Los Tres Grandes Pasos


¡Oh! Discípulo, tienes tres grandes pasos que dar, antes de llegar a la Liberación total.  - No te dejes alucinar por ningún miraje, y sobre todo no permitas que tus ilusiones te engañen en esta Gran Senda de la Vida.

El Primer Gran Paso consiste en CONTROLARTE A TI MISMO. Esto es como en la barca que te ha de llevar sobre el Océano de la Vida, hasta la otra orilla. Todo el proceso de hallar la barca necesaria, de llegar a tus decisiones y en fin de prepararte, aviarte, para la travesía, constituye lo que llamamos el primer Gran Paso.

Controla tus emociones, tus pasiones, tus nervios, tus pensamientos, tu imaginación, tus deseos, tus vicios, tus impulsos, tus aspiraciones. Contrólate integralmente. Todo en ti debe ser controlado, a fin de que puedas conocer mejor tus fuerzas, y utilizarlas también. Conviene que te controles en todas las circunstancias, y sobre todo controla este Corazón tuyo si es capaz de odio o de sentimientos malsanos; controla tu Mente poniendo frenos a tus pensamientos y aspiraciones, lo mismo que a tus deseos y pasiones, y sobre todo no permitas que puedas herir ni con la intención. Tu alma, contrólala incesantemente también, alimentándola de buenas intenciones y pensamientos puros y nobles.

El Segundo Gran Paso, ¡Oh! Discípulo, consiste en CONCENTRARTE. - Evita de disipar tus fuerzas y de actuar sin propósitos fijos, o de responder a pensamientos y sentimientos indignos, destructivos o contrarios a la nobleza de Alma que debe de caracterizarte como Discípulo. Concentra tus energías en fines dignos y ennoblecedores, y procura sobre todo nunca perder de tu vista el norte que te has escogido para tu vida.

Si el controlarse a sí mismo comienza con el relajamiento muscular y nervioso y acaba en los estados de fortaleza moral dirigida, la Concentración permite dar sentido a nuestras aspiraciones así como a nuestros mejores ideales. Procura, mi querido Discípulo, no desviarte de tal Senda Sagrada, y cada vez que puedas hacer un bien hazlo, y cada vez que se te presente la oportunidad de mejorarte a ti mismo ¡HAZLO!

El Tercer Gran Paso de la Vida consiste en MEDITAR. - Meditar es pensar atinadamente y con energía, es decir, con pureza de propósito y consistencia en la aspiración. - Meditar es, en fin, poner a contribución todo tu ser a la realización de un ideal o de una decisión bien formulada.

Cuando sepas meditar, verás ¡Oh! Discípulo, que la Vida no es una serie de casualidades ni algo sin trascendencia, sino que, en realidad, tiene un Plan pre-establecido y se caracteriza por una finalidad concreta. Meditar es descubrir, precisamente, este sentido de la vida y templarse uno mismo en las supremas realizaciones por medio del esfuerzo hondo así como integral.

No es posible Concentrarse antes de haber aprendido Controlarse debidamente. Tampoco es posible Meditar sin saber bien concentrarse.

La Concentración es toda la atención fijada de nuestro ser sobre las necesidades de la vida, como el solitario pesquero que sobre frágil barca franquea el turbulento océano  ¡Lo importante es no dejarse amilanar ni vencer en medio de las pruebas y tribulaciones propias de la vida!  El gran deber de los Discípulos es ser vencedores sobre sus propias limitaciones, inepcias, incongruencias, vicios, vanidades, e ilusiones.

Con Meditar, Oh Discípulo, aprenderás en fin a guardar tu porte y a llegar de veras a la dirección final de tus supremas aspiraciones, del otro lado del océano.

Aprende bien esta Lección, y no creas que la aprenderás en un solo día, pues para muchos es preciso miles de reencarnaciones para lograrla plenamente. No sobreestimes tus posibilidades, pero acuérdate que la vida es tal como la hacemos y según como la escogemos, y la eternidad queda delante de ti para realizarla completamente.

¿Que eres muy joven para empeñarte así? ¿Qué eres ya muy anciano?… ¿Qué importa la edad de un cuerpo físico del hombre si tiene delante de sí millones de ellos, y si, sobre todo, cada uno de nosotros posee los poderes indispensables para transformar su cuerpo?  Lo importante es no dejarse desviar por vanas ilusiones, y entregarte a tal labor. No importa los métodos, cada cual puede hacer los ejercicios que prefiera: lo importante es lograr los fines propuestos.

Pero tus ejercicios, hazlos diariamente con la seriedad de un ritual y con el tesón y celo de un genuino artífice interesado en producir una obra genial. ¡La obra genial eres tu mismo, y el artífice también! Eres tu el motivo y la meta así como el sujeto de tus aspiraciones, y lograrás justificar tus aspiraciones solamente en la medida de tus esfuerzos y de la sinceridad con que te dedicarás a tales conquistas. - recuerda que ¡la conquista de si mismo es la única que no provoca desilusiones, y la única que no provoca vicios!

Más tarde, lograrás sentir a tu Maestro en la Conciencia Universal. No se conoce nunca el Maestro hasta no comulgar con Él en la Meditación que se caracteriza por la Conciencia creadora!

No pidas, Oh! Discípulo, iluminación o despertar de Conciencia. Alcánzalos por medio de tus Grandes Pasos.

Maestro Universal K.H.