bodha cisne3 


Universidad Mundial

                    Científico Espiritual

Sección Educativa:
ALIANZA UNIVERSAL
         
Centro de Conciencia Espiritual
ESCUELA DE ALTA SABIDURÍA (BODHA)

 


Lección Especial XIII

Por el Venerable Maestro K.H.

(original en francés)

 

La Habana, 8 de enero, 1951.

Muy Queridos Discípulos,

Cada día que empieza es una nueva llamada a la Razón. Vengo aquí para hablarles de la Razón razonable, es decir del análisis razonable, y de las certezas lógicamente establecidas por el intelecto racional hasta el infinito racional.

Se dice que hay unas razones incognoscibles, como los imponderables de la Naturaleza y, en fin, la causa misma de las Leyes Universales. Sin embargo, una mente debidamente entrenada,, es una base fundamental para el cultivo del espíritu. Digamos más bien que una mente bien cultivada es la fuente misma de las mejores conquistas y de los más nobles ímpetus del espíritu.

Es sobre este razonamiento sano, acostumbrado a una lógica bien coordinada, que se basan las certidumbres más íntimas y las oleadas fulgurantes de la Conciencia.

Es preciso pues aprender a razonar, analizar, buscar los motivos, encontrar las causas, establecer los orígenes y coordinar los conocimientos, hasta poder comprender, captar e incluso sentir las palpitaciones y las proyecciones de la Vida en todas las formas.

¡El gran problema de la Vida, es la Vida misma! Debemos descubrirla, no solamente en sus apariencias, sino en sus condiciones esenciales. Es por ello que debemos ser capaces del razonamiento que despoja las formas y los hechos de las apariencias que les prestan nuestros sentidos, tanto en el espacio como en el tiempo. Debemos tomar conciencia del sentido de la Vida.

La Vida es un perpetuo movimiento, una dinámica creadora que tiende a justificar unos motivos o unas aspiraciones. Es en el trascurso de ésta cabalgata vital que se delinean las Leyes Naturales, y éstas encarnan la Razón misma de la Vida.

La Razón, pues, no es razonable si tiene por objetivo justificar fantasías, unas ilusiones o ensueños sentimentales. La Razón se vuelve defectuosa, viciada, cuando sirve a absolutos o dogmas artificiales.

Para que la Razón sea razonable, debe ser capaz de descubrir la Esencia de la Vida y orientar el Corazón y el Espíritu hacia unas concepciones más nobles. Ante todo, debe justificarse a si propia, restituyendo las Leyes de la Naturaleza a sus proporciones esenciales, que no pueden ser más que motivos imperativos y aspiraciones creadoras.

La Vida es un perpetuo razonamiento racional y el Universo es su propia justificación.

Razonar con la intención de hacer mentir a la Naturalez, es una injuria al Verbo de  Vida, un crimen de lesa-humanidad o, si se quiere, una imperdonable insolencia hacia lo que algunos llaman el Santo Espíritu, Brahma, Dios.

La Razón defectuosa o mal fundamentada fundada es necesariamente negativa y destructiva. Se desarrolla en el señuelo, el engaño y hace de la fantasía un culto.

Mentir a sabiendas es una forma de vicio del alma.

La insinceridad, eh ahí otra forma de la razón desviada y del alma falseada por el mal razonamiento.

Como Discípulos de Sabiduría, deben cuidarse de todo mal razonamiento, de toda razón no razonable, pero cultivar la justa Razón. Para eso, deben estar siempre presentes en su espíritu las condiciones del Aspirante, y todo su ser debe seguirlas y hacerlas profundamente suyas. Se trata, sobre todo, de poner en valor estas condiciones, a lo largo de su vida y desarrollar una razón sana, armoniosa, comprensiva, generosa, fuente de vida feliz y recta. Cultivar la Razón razonable es poner de nuestro lado una oportunidad de mayor éxito en la vida, y es también poner una muralla firme e invencible entre ustedes y las ilusiones o problemas de toda clase surgidos de la vida insensata y superficial. Es preparar y dejar campos libres a sus mejores designios y hacerlos florecer e irradiar en el seno del Universo, transformándolos en profundidad y rehabilitándose frente a ustedes mismos y al mundo entero.

No dejen de apelar a la Razón razonable frente a dificultades o en el trascurso de los momentos arduos de su vida, y recuérdense bien que lograrán ser los maestro de su destino en la medida que hayan tomado conciencia y conocimiento profundo de sus mejores aspiraciones y de la Verdad que buscan incesantemente. Sólo se conoce verdaderamente lo que uno mismo se convierte.

La Razón es la manera en que cada uno se revela en sus condiciones íntimas, y cuanto mejor se razona, mejor nos proyectamos al exterior.

Para que la Razón no quede en un estado de concepto, debe ser sustentada por una voluntad de acción bien definida, prolongada y dinámica. Un razonamiento correcto es, por tanto, necesariamente seguido de una acción justa correcta, de lo contrario es sólo una simple elaboración intelectual, y esto no podría tener conexión alguna con la Razón razonable.

La Razón que conduce a la Sabiduría es sin ninguna duda una Razón razonable, porque así se justifica a si misma y nos conduce imperceptiblemente en el trascurso de la Vida, dónde el propio razonamiento da paso al Conocimiento de los Principios Universales y a la Dinámica Espiritual integral.

Cuidémonos sobre todo de no confundir razonamiento razonable con intelectualismo exasperado, o con la metafísica estéril. Estas dos últimas solo conducen a una cierta negatividad, fuente de impotencia e inutilidad indignas. La Razón razonable, haciéndonos descubrir las Causas, o más bien los imperativos de la Vida, nos hace justificarla por la ACCION y el ESFUERZO REHABILITADOR, íntimo y externo. Sólo con esta condición puede calificarse esta Razón como razonable.

Como medio, la Razón razonable se demuestra indispensable para el Discípulo que quiere alcanzar la Sabiduría, y se apoya sobre la Conciencia, que es siempre el elemento esencial de su progreso y perfeccionamiento integral.

La mayor sinceridad y honradez, hacia uno mismo y los demás, se exige del Discípulo. De hecho, la mentira y el error son siempre fuentes de miserias íntimas y debilidad moral. Cuando uno miente, renuncia a la facultad mental creadora, de la Razón. Por esto, uno renuncia a sí mismo y a la Vida. Se cierra las salidas del ser, provocando así un ahogo, una asfixia lenta pero segura, por falta de vitalidad y de valor, por tanto de actividad creadora. No olvidemos que el funcionamiento mental tiene sus consecuencias en todo el cuerpo, en todo el ser, desde todos los puntos de vista. Por consiguiente, es esencial llevar una vida coordinada, bien orientada por una Razón vigorosa, incapaz de debilidad y esclavitud.

Cultiven la Razón que los eleva y los hace poderosos obreros del Verbo Eterno; no la que te crea complejos te encierra en un sinfín de limitaciones.

Su deber de Discípulo, es llegar al fondo de las cosas y descubrir la Verdad tal cual es, y no como aparece a tus sentidos. Se volverán así alegres, dignos y crecientes, y ejemplos nobles del Ideal que persiguen.

Reciban siempre, Mis Queridos Discípulos, mi Bendición profunda de Paz, Salud y Protección.

 

              Maha Chohan

KUT HUMI LAL SINGH