RESONANCIA DE CONCIENCIA

Al Servicio de la Conciencia Humana

 

 “Hagan hablar sus corazones, es decir, traten de poner sus acciones en concordancia con su conciencia.”- K.H.

-…Para no cansar hare la última pregunta…

- ¡Ah no! Si es la última, no la haga.

- Cual sería su Mensaje para nosotros?

- Para ustedes… Uds. son espiritistas, kardecistas, ¿no?

- Ni se lo que somos!

- ¡Ah! Chóquela… encuentro un hombre sincero! Me da mucho placer encontrar una persona que pregunta para ilustrarse, pero mucho más aun cuando esta persona dice que no sabe lo que es; porque no somos jamás completos. Siempre hay lugar para mejoramiento y perfeccionamiento, y no está bien de encasillarse demasiado en una cierta formula. Debemos hacer que las formulas de la vida, sean religiosas o puramente idealistas o filosóficas, sean útiles, pero que no corten las del espíritu, que no corten la libertad, que no impidan al hombre evolucionar. En este sentido todas las religiones son buenas porque permiten un mejor modo de vida, facilitan la vida para el hombre, siempre que sea sincero ¡no! – Ahora, de modo general, puesto que Ud. lo confiesa, no está en fin enclaustrado en ninguna mansión, sino que busca su propia emancipación, quiere levantar el vuelo hacia la verdad, con las menores complicaciones posibles.

.. El mejor mensaje que podría yo darle, sería el que doy siempre, y es:

“Sea sincero. Continúe esforzándose y no deje nunca pasar un día sin poder decir, cuando se va a costar: “He hecho un bien, he logrado mejorar en tal o cual sentido”.

Si todos pudiésemos hacer esto solamente, tomando en consideración todas las necesidades tanto de nosotros mismos como de la humanidad, lograríamos hacer un mundo mejor en muy poco tiempo. En una sola generación sería suficiente, ampliamente suficiente para mejorar el destino de la humanidad y hacer que la vida sobre este planeta sea llevadera entre los hombres.

Hoy en día tal como vemos la gente que vive de una manera superficial, alocada totalmente, sin derroteros seguros, pretendiendo codearse con dios, y hablar con él constantemente, pero gente que no hace esfuerzos para perfeccionarse, gente que no se eleva por encima de sus pequeñas pasiones, de su confusionismo diario, pues esta gente en realidad no es Feliz. Esta gente no puede lograr un mejoramiento de su vida o de su persona y no puede por tanto colaborar a ninguna obra meritoria, a ninguna obra en fin de dignificación del hombre. Son ellos mismos desheredados de la fortuna. Sufren, sin saber por qué, están desconectados de las grandes fuentes de la vida universal y no saben por qué. Pero si hiciesen pequeños esfuerzos tan solo, por mejorar cada día, y por ser más sinceros también cada día, bastaría ampliamente para lograr ser feliz, para lograr vivir de una manera armoniosa, para poder en fin justificar la vida, existiendo de una manera armoniosa, no solamente con los hombres, sino también con las fuerzas superiores, con las entidades de los planos invisibles, inclusive con Dios.

De nada sirven las religiones, ni la fe, ni la mejor de las filosofías, si no es práctica, si no está puesta en práctica, y si no la utilizamos, en fin, para nuestro propio bien inmediato. La primera cosa que debemos hacer es que nuestra religión nos sea útil, no que sea útil a Dios solamente. Creer que somos religiosos porque place a Dios! NO. Debemos ser religiosos para beneficiarnos a nosotros mismos ante todo. Porque haciendo así, nosotros mejoramos nuestra suerte, mejoramos nuestra personalidad y nos hacemos más dignos de todos los méritos, de todos los favores que pueda concedernos la divinidad.

 (Algunas palabras del Maestro Kut Humi Lal Singh a una Comitiva del Lar San Domingo, en Brasil, el 16 de noviembre de 1962)