Las personas hablan demasiado
 Las personas se preocupan por pequeñeces,      se agrupan en dogmáticos círculos viciosos, evaden los problemas      reales gratificándose con teorias interminables, sostienen costosos      y destructivos vicios, derrochan su tiempo en inútiles fantasias y      veleidades, responden a tontas ilusiones, gimen por su falta de  suerte y desesperan      por su incertidumbre constante e infelicidad. 
 
 
 Hay un propósito en la vida. Pero semejante propósito      no será encontrado en la fantasía literaria, en la demagogía,      en los ensueños místicos, ni en los dilemas arrogantes. Tenga      cuidado con las filosofías que se dicen justas y las doctrinas  categóricas      unilaterales
Pr. OM Lind-Schernrezig