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EL “PROTOTIPO”

 

El “HOMBRE”, ejemplar creado con todos los atributos, y posibilidades, pero carente de conocimientos, más aún, de Conciencia.

Protagonista y actor de todos los acontecimientos, habidos y por haber. Desde su aparición en el Universo, ha disfrutado de las más apetecibles delicias y bienestar, y en su anhelo por tener mayor disfrute de su posesión, propicia la forma de lograr su complemento.

Sin embargo, el Hombre en su inconsciencia, lleno de vanidad y tentaciones, dejando aflorar la falsa personalidad, que también posee, con sus defectos, egoísmos, vicios, negros sentimientos y todo lo negativo que la imaginación pueda alcanzar; teniéndolo todo, aparentemente, no se siente aun satisfecho. Algo le inquieta,  que lo incita, pero que a la vez  le recrimina.

Procrea, el HOMBRE y da origen a esta  Humanidad, de la cual hace parte, constituido en familias, aldeas, pueblos, grandes ciudades, departamentos, estados, comarcas, etc., que conforman las naciones. Habita cada punto de la tierra, llevando consigo, todo ese cúmulo de factores heredados, buenos y malos, inquietudes e interrogantes, que le hacen pensar y formarse ideas, que le llevan a tomar decisiones, a veces erradas, a veces acertadas. Se divide en clases, razas, estratos y según sus  habilidades y cultura, ocupa determinada posición.

Si miramos la Historia, con ojo desprevenido, el presente nos muestra que el HOMBRE,  a  través de los tiempos, ha generado todo cuanto imaginarse ha podido, de lo que hoy se precia y glorifica o lamenta y condena, busca la paz y felicidad anheladas, se desvive por conseguirlo, utilizando todos los medios a su alcance, sin lógralo.

Constreñido el HOMBRE, lleno de incertidumbres, busca sin cesar colmar sus ansiedades; se interroga a sí mismo; inquieto aun por el acoso de ese Algo inexplicable, que le atormenta e inspira a la  vez.  Así,  trascendiendo todo tipo de hechos y deshechos, promovidos por él mismo, en su andar por la vida, no logra satisfacción alguna; se adhiere o crea todo cuanto a promesa de salvación se le ofrece e, imbuido en sus creencias, espera pasivamente. Desengañado, sigue buscando, embarcándose en todo tipo de aventuras, creando, antes que satisfacción, amarguras y sinsabores, a sí mismo, como a los demás.

En su desventura, busca a quien culpar; exige, condena, promueve el descontento y usa todo tipo de argumentos y formas, para hacer valer su absurda manera de ver las cosas (pensar). Y no se detiene a verlas por si mismo y entronizarse y leer en el Libro de la Sabiduría, que igualmente posee, pero que por falto de voluntad, sinceridad, dignidad, esa consecuente Cultura (Preparación), ese libro, permanece cerrado para él.

Pero el HOMBRE, (macho o hembra), si de veras lo quiere, bien podría superar dificultades, lograr la PAZ y FELICIDAD, tan anheladas. Debe prepararse, cultivarse, para recorrer el Camino que le lleva a la Luz, la Verdad. Pero, para ello, precisa  de mucha sinceridad y constituirse en PROTOTIPO DE HUMANIDAD, consciente, digno ejemplo viviente de Principios y Valores.

Cartagena, Octubre 30 de 2008

ROBERTO RAMIREZ NIETO

Vicepresidente,  Alianza Cultural Humanista y Espiritual Universal
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