Apartes importantes de Carta del Pr. Lind en torno a la situación sufrida en Cuba

Habana, enero de 1962

Sr.
Instructor Titular
UNIVERSIDAD ESPIRITUAL DE LAS AMERICAS
Bogotá, Colombia

Bien Querido Hermano y Discípulo

. . . . . Por aquí, nada nuevo todavía para nosotros. Parece que no se enteran de que existimos aún.  ¿O es que quisieran que ya no existiéramos? Sea como fuere, no tenemos permiso de viajar fuera de Cuba, aunque la petición fue hecha al más alto nivel, y se nos contestó de esperar a que se resuelvan los diversos aspectos de nuestro singular caso. Lo malo es que se va eternizando la espera, y nuestra tragedia tiene trazas de una retención sumamente injusta, amén de inhumana dado el caso de que estoy tan enfermo, y en fin puede tomarse como un insulto mayúsculo a todos los derechos humanos, a todas las religiones, a la cultura, al humanismo que es nuestro motivo de ser, y a la espiritualidad que venimos promoviendo en todos los ámbitos del mundo desde hace más de cinco décadas. Ya la impaciencia y la desesperación se hacen sentir en muchas esferas humanistas, culturales, religiosas y educacionales del entero mundo, y apunta una indignación que me es difícil desvirtuar y contener. No puedo, ciertamente, decir a nadie que estoy bien si no estoy libre de viajar ni de pensar ni expresarme, como mal podría presumir de feliz cuando nos estamos muriendo de hambre, de enfermedad y las condiciones esenciales a nuestra vida espiritual. No quiero decir con ello que Cuba es un antro de calamidades, pues no me toca a mí juzgar no teniendo nada que ver mi profesión de Misionero Espiritual y Ministro Religioso con la crítica política o las andanzas de amargados y desquiciados. Yo y mis colaboradores hemos admirado y querido y servido a la revolución cubana desde su génesis, por lo humanitaria, decente y moralista. No nos pesa tal postulado, desde luego, pero nuestra Misión ha acabado aquí el momento que la política hizo acto de presencia, tomó asiento y se entronizó. Nosotros no tenemos nada que ver con la política, ya que no podemos ser partidistas ni sectarios, ni se compagina con nuestra universalidad reducir nuestro corazón y nuestra alma o parcializar nuestro ser en favor o preferencia de una porción dada de la humanidad. Somos y seremos siempre enteramente de Dios, la Verdad Espiritual y la Humanidad, incondicionalmente, y está bien que haya en el mundo gente como nosotros pues resulta una bendición excepcional encontrar calor de corazón, comprensión y nobleza indiscutible en todo momento.

Me resisto a creer lo que dice la prensa de Inglaterra de que estamos presos en antiguos castillos, mantenidos como rehenes, secuestrados, y torturados para extraernos ciertos secretos religiosos. En primer lugar, para nosotros no hay secretos en el Verbo Espiritual, a no ser por las naturales disposiciones en los viciosos, los supersticiosos y los matones consumados, que tienen los sentidos completamente enfermos y las facultades mentales entorpecidas. Después, los mecanismos del alma y las proyecciones de la conciencia no tienen nada de peligroso para nadie, ya que la Verdad de todos modos se abre camino triunfalmente tarde o temprano. Nosotros no tenemos nada que esconder, o de que avergonzarnos, y nuestra postura ideológica de hoy es la misma que hace seis décadas, porque nos fundamos en principios y no en convenciones. Si hemos amado y ayudado la revolución cubana siempre, es bien precisamente porque en sus inicios sus empeños se coligaban con esos principios humanistas, morales y espirituales que nos son claros. Por ello, también, le dije a Fidel Castro en mis dos últimas epístolas que nosotros seremos siempre defensores de la revolución cubana en sus principios, en su esencialidad Martiana o en sus motivos genitivos. Esto, desde luego, no tiene implicaciones políticas, ya que no podríamos transgredir nuestras propias normas ni traicionar jamás a nuestro espíritu recto, que se funda en la Ley Divina, en la Regla de Oro, y en las funciones ennoblecedoras de la conciencia.

Ni le sentaría al comunismo atropellarnos demasiado, o hacer de nosotros víctimas propiciatorias, pues ahí sí que se negaría a sí propio y se llenaría de oprobio irremediablemente. Ni le conviene torturarnos o matarnos porque somos en principio un poderoso aliado en las luchas contra la ignorancia, la superstición, las fallas de la moral social, la indignidad del hombre y el salvajismo de la guerra, así como contra las insensateces y villanías de ciertas religiones. Además qué ganaría cometiendo tan tamaño crimen de lesa humanidad si de todos modos pertenecemos ya al dominio de la leyenda de toda la humanidad y si hemos conseguido sustancializar normas de cooperativismo inter-religioso, de solidaridad internacional y de mancomunidad fraterna entre todos los hombres amantes de la Verdad, de Dios y de la Humanidad. Cada acto ignominioso contra nosotros resulta ser una mancha más, imborrable y acusatoria, que demuestra más bien que se tiene miedo al Verbo Espiritual que propugnamos y que se quiere destruir todos los vestigios de libertad, dignidad y de sensatez en la humanidad. Torturar y perseguirnos es un acto suicida que ya otros han ensayado sin éxito alguno, y es sobre todo una dignificación de la ALIANZA RELIGIOSA UNIVERSAL y del CONGRESO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD en grados álgidos, lo cual no podemos sino agradecer.

La revolución cubana ha escrito una de las más bellas páginas de toda la historia humana con las epopéyicas gestas que condujeron a la destrucción de una de las más sanguinarias tiranías que haya conocido el mundo. Escribir un capítulo con infamias al atacar, perseguir, vilipendiar y maldecirnos, sería tan reprobable que hasta la chusma ensoberbecida sería capaz de repudiarla con asco, pues la injusticia es siempre inspiradora de nobles sentimientos aún en los criminales, y nada dignifica al hombre tanto como una actitud noble ante la ignominia. Nosotros no somos peligrosos ni enemigos de nadie, a menos que se tenga por crimen el procurar la dignificación del individuo humano y la preeminencia de la Verdad espiritual que es eterna de todos modos, por vías de indiscutible moralidad que le da a la vida un sentido respetable y sublimador. Si la revolución cubana ha torcido su propio destino y desviado sus derroteros a tal extremo, nada le podemos hacer sino sufrir la horrenda tragedia que nos depara, pero esa obra la lleva a cabo como cosa propia y en su propio detrimento. A nosotros no nos arredra ni la injusticia ni la tortura ignominiosa, y ya hemos dado pruebas de ello resistiendo con éxito a la tiranía del monstruoso General Batista así como de otros en otras latitudes que son satánicos parangones. No podemos sino lamentar que se empeñe tan denodadamente en desnaturalizarse una obra cuyos comienzos fueron a todas luces de inmarcesible humanismo y de sin par espiritualidad.

Se ha dicho que Cuba quiere arrebatarnos las colecciones de antropología, antología del humanismo, arte, filosofía de la ciencia, y de arquitectura monumental, que venimos exhibiendo durante el transcurso de las Grandes Asambleas del CONGRESO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD o Gran Parlamento Mundial de todas las Religiones, Fraternidades y Filosofías Espirituales, mejor conocidas como Museo Viviente del Hombre y Universidad Mundial Ambulante de Logosofía y Humanología. Mal podría ser así, pues confiscarnos tales colecciones equivaldría a destruirlas, por cuanto únicamente el staff de sabios y educadores, historiadores y arqueólogos de la Alianza Religiosa Universal puede utilizarlas ventajosamente, y sin su valioso concurso humanista, cultural y espiritual no habría sino montones de papeles inservibles. Nosotros partimos desde el principio de que la Enseñanza debe ser objetiva para ser práctica, y llevamos a todos los confines del mundo nuestra obra redentora. Sí, redentora, ya que la Verdad hace que los individuos sean libres,  en  lo  espiritual lo mismo  que  en lo material. Además, como advierte el proverbio chino: “Una imagen vale por diez mil palabras”, y es por ello que hemos establecido Colecciones de imágenes que representan todo lo que conlleva interés dignificante para el hombre a través de todas las edades, con la singular particularidad de que todo  está presentado en función de intereses actuales para toda la humanidad. Si Cuba pretendiera dar un abrupto final a tan noble obra, no podríamos impedírselo, desde luego, pero ¿no sería esto una monstruosidad que desvirtuaría por siempre jamás todos sus muy pregonados empeños de carácter humanista y cultural? ¿No sería ciertamente una manera de decirle al mundo: “YO DESTRUYO LO QUE NO QUIERO, Y NO QUIERO LO QUE NO COMPRENDO NI PUEDO HONRAR"?. – No, no, mil veces no, Cuba no puede cometer tal desatino e incurrir en tan grotesca deformación de todos los ideales nobles de la humanidad, destruyendo lo que costo tanto tiempo a muchos sabios construir y que es patrimonio de la entera especie.

Así que ve, mi bien Querido Hermano y Discípulo, sigo teniendo fe en el digno pueblo cubano y me resisto a creer que se nos quiere hacer daño, aunque estamos retenidos aquí contra nuestra voluntad. Se han recibido muchos mensajes de simpatía así como de protesta por la ya obvia injusticia al privarnos de ir a celebrar el Congreso Mundial en Suiza, una Conferencia por la Paz en Holanda y una Convención Internacional Femenina en París, que debían haber tenido lugar a fines del año próximo pasado. Estos hechos contribuyen a que la acción contra nosotros asuma mayor gravedad, y ante tales realidades ya nada puedo, como dije claramente ya anteriormente. Sean cuales fueren las razones que impelan  al  gobierno  cubano a retenernos  en  Cuba contra nuestra voluntad en circunstancias tan excepcionales, nosotros no tenemos la menor palabra de acritud o de condenación, ya que ellos sabrán lo que hacen, y a nosotros sólo puede sernos de ventajosos resultados a la larga este martirio.  El Verbo Espiritual es eterno, y por tanto invencible e indestructible.

Creo que con esto he contestado a sus inquietudes. Haga conocer urbi et orbi mis respuestas, y los que quieren todavía ayudarnos, que no desmayen en hacerlo, que haciendo así trabajan para su propia rehabilitación y para evitarse iguales martirios mas adelante. Enrayar un peligro es ya ponerse a la altura de las circunstancias, si se procede no con violencia que degrada sino con genuinos remedios a los problemas que promueven las rebeldías equivocadas e indignamente justificadas por vías oprobiosas o criminales.

En Brasil no se han preocupado por nuestra suerte aquí. ¿Por qué será?

Bien, hasta prontico, y confiemos en que el Verbo Espiritual inspirará a nuestros “retenedores” para que no cometan barbaridades, o sea para que no desnaturalicen sus pregonados ideales y no marquen con el sello de la infamia sus mejores aspiraciones.

Con todo afecto y mis mejores Bendiciones para todos.

Pr. OM Lind

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--- ALL OVER AGAIN. – NAPS: After the terrible tragedy suffered in communistic Cuba where all our assets were either destroyed or confiscated by official command, then during an endless startling odyssey of Refugees without refuge, we can only continue our work as best we can under the circumstances. Those who know us understand the hardships we are going through. Now, all we can expect is to see the continuation of our gallant work, thanks to YOUR cooperation, YOUR collaboration, YOUR patronage, or simply YOUR sympathy.

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--- SPIRITUALDOM, through its legal representatives, the Spiritual Hierarchy and the Universal Religious Alliance, INVITES all its Members and all earnest people to partake in the forthcoming Grand Assembly of the WORLD CONGRESS OF MAN.- The main theme is to be: THE UNIVERSAL BROTHERWOOD-COOPERATIVE-COMMONWEALTH OF THE WORLD CITIZENS FOR A PEACEFUL AND FREE WORLD.

--- “Persons and organizations are judged by their character and virtues, by what they love and do, not by what they claim and by what other people say of them. – For obvious reasons, HENCEFORTH WE SHALL NOT COOPERATE WITH PEOPLE WHO REFUSE TO COOPERATE WITH US. – They exclude themselves.

Universal Alliance of the GOLDEN RULE

Edición: The New Age Spiritual Ambassador: El espantoso problema siempre creciente de los Refugiados, Apátridas y Víctimas de la guerra, de las persecuciones religiosas y de las discriminaciones raciales.

Reedición: Servicio Extensión Cultural ALIANZA UNIVERSAL, noviembre de 1998.