EL  DECÁLOGO  DE  LA  SABIDURÍA

Tomado de la Revista Ariel Nos. 14 y 15,
Julio y Agosto de 1940

Si la vida te parece llena de sombras y dificultades, si algún grave problema te preocupa, si todo parece ir en contra de tus deseos y aspiraciones, escucha atentamente estas diez Reglas de la Antigua Sabiduría, en las que puedes encontrar la solución a tus problemas y el camino para salir de tus dificultades y superar los obstáculos que se hallan delante de ti, haciendo de ellos los escalones y factores de tu progreso.

I

CONOCETE A TI MISMO: Lo primero que debes hacer es Conocerte, saber quien eres y por qué razón te encuentras aquí. En ti mismo esta la Luz que pueda iluminarte; búscala en lo más íntimo y lo profundo de tu ser y sabrás que allí mora un Ser Eterno, Inmortal e Infinito que eres tu mismo y es, al propio tiempo, mucho más sabio y poderoso que tu. Eres una manifestación, un Hijo de este Principio de Vida que es la misma Omnipresencia, Omnisciencia y Omnipotencia. Eres partícipe de estas cualidades, según las reconoces y realizas en tu propia conciencia: el fin de tu existencia actual es la expresión de estas infinitas posibilidades que se encuentran en tu ser en un estado todavía oculto o latente.

II

BUSCA EN TI MISMO LA ESENCIA REAL DE TODO LO QUE QUIERES Y DESEAS: La vida es una manifestación de lo interior a lo exterior y toda cosa nace y se cría en lo invisible, antes de hacerse manifiesta en el mundo visible. Debes, pues, encontrar en ti mismo, la esencia primera de lo que quieres que se manifieste en tu vida, reconocerla y adquirirla en tu íntima conciencia, para ser luego capaz de atraerla al mundo externo.

A este fin es necesario que aprendas a concentrarte, retirándote diariamente a un lugar en donde puedas quedar solo y aislarte lo más posible de toda influencia exterior. Fija tu pensamiento sobre lo más elevado que puedas concebir; sobre tu Ideal  o sobre el mismo Principio de Vida que mora en ti, que es para ti la Fuente y Realidad de todos los Bienes, que es tu privilegio reconocer y manifestar. Piensa en lo que deseas como real, como algo que es inseparable de tu mismo ser, y que por ende de ninguna manera puede faltarte, pues desde el momento que lo deseas ya te ha sido dado por la misma Omnipotencia, y tu parte consiste en recibirlo, haciéndote para esto un  canal adaptado.

AGRADECE a la Fuente de Vida, la Vida misma que mora en ti; el agradecimiento demuestra la Fe, fortifica la Esperanza y manifiesta el Amor, abriendo la puerta secreta de todos los tesoros, que esperan en el Mundo Invisible quien sepa recibirlos.

III

AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO: En tu ilusión puedes creerte separado del Principio de la Vida, así como de las personas, seres y cosas que te rodean; pero no es así, en realidad eres uno con este Principio Único e Indivisible y con todas las cosas, seres y personas que existen y pueden existir. Aunque, en esa misma ilusión, la vida se te presente como una lucha necesaria, es únicamente para aprender la Ley Suprema del Amor que es Fuerza Omnipotente e Invencible. Si quieres progresar y tener éxito verdaderamente en todo lo que hagas, debes amar, desear, querer y hacer el Bien para los demás, no menos que para ti mismo. Hasta debes amar a los que te parecen indignos de tu amor y a los que consideras como enemigos; entonces “caerá” la máscara que esconde tu naturaleza real bajo una apariencia enteramente ilusoria y engañadora.

IV

SÉ OPTIMISTA: El optimismo, el contento y la alegría son la expresión natural de la Luz que brilla en nosotros y que es la Fuente de todo Bien.  Haz que en tu cara resplandezca esta luz y que nada tenga el poder de turbarte o impresionarte. Pues no son las cosas en sí mismas las que tienen valor, sino, más bien, como las vemos y enfrentamos. Además, nuestra visión interior y el modo como encaramos las cosas, personas y circunstancias, tienen un poder determinante y decisivo sobre las mismas.

No hay nada, efectivamente, que esté determinado en lo absoluto, y que todo depende, para su desarrollo final y definitivo, de nuestra propia “elección” interna. Considera toda cosa y condición como “buena”, llámala Bien, y tal “se hará” para ti.

V

ESFUERZATE EN “DAR”: Esfuérzate constantemente en dar algo con juicio y discernimiento,  y sea esto lo mejor que puedas dar u ofrecer. No decir que no tienes nada; siempre hay “algo” que puedes dar, y en este “dar”, con verdadero Amor, sin esperar nada como contracambio, encontrarás, tal vez, la solución más inesperada del problema que te preocupa.

La Ley del Dar es de importancia fundamental en la vida práctica: quien hace mejores negocios es quien se esfuerza constantemente en “dar” y dar lo “mejor” en las mejores condiciones. Nunca puede ser uno tan pobre para no dar “algo” y compartir con alguno lo que tiene, siempre puedes dar, cuando menos, una buena palabra.

VI

CUIDA TUS PALABRAS: Dentro de toda palabra hay un principio o fuerza creativa de lo que en la misma se expresa, y este principio modela constantemente el carácter, la manera de ser y aún el mismo organismo físico de una persona; igualmente que su ambiente y circunstancias, atrayendo, a quien la pronuncia, algo semejante. Hazte pues un deber de reflexionar sobre todo lo que vas a decir, y nunca permitirte expresiones que no sean justas, verdaderas, amables, benévolas y constructoras. Sobre todo, huye de la crítica, de la calumnia y la murmuración.

VII

CUIDA TUS PENSAMIENTOS: Considera a todo pensamiento como una realidad, que si lo admites y reconoces, y le permites dominar en el mundo interior de tu conciencia, le darás el poder de manifestarse en forma visible en el mundo exterior de tu vida.

Por lo tanto, aleja de ti todo pensamiento de lo que no deseas, y especialmente todo pensamiento o idea de mal hacia quien quiera que esté dirigido, todo pensamiento de tristeza, odio, rencor, venganza, tedio, enfermedad, fracaso, pobreza, desesperación, preocupación, enemistad y muerte. Haz de tu mente un cielo límpido y sereno, iluminada por la luz interior de tu conciencia, un jardín precioso que no admite sino las flores y plantas más hermosas y suaves.

VIII

CUIDA TUS INSTINTOS: Los instintos constituyen la base sobre la cual descansa el Templo de tu vida y, según su naturaleza, lo sostiene permitiendo su “elevación” o lo destruyen además de hacer de ti un esclavo. Sé, pues, temperante y sobrio en los alimentos y en todos los hábitos de la vida física.

Nunca comas de prisa: para que se haga verdaderamente constructora, toda partícula de alimento debe quedarse en la boca hasta que esté completamente disuelta. Bebe mucha agua y come mucha fruta, evitando el alcohol, las medicinas, los alimentos tóxicos y los que provienen de la muerte y el dolor.

Báñate diariamente, duerme lo necesario, pero no más, respira lenta y profundamente llenando bien los pulmones. Sé dueño de tu organismo y no lo prostituyas al vicio y a la pasión: el Amor es cosa sagrada y no debe profanarse.

IX

PON TU CONFIANZA EN LO INVISIBLE: No pongas toda tu confianza en las cosas exteriores y en lo material, pues éstas pueden faltarte y te faltarán toda vez que haya venido para ti el momento de reconocer lo real y distinguirlo de lo ilusorio. Sabe que todo lo que se halla manifiesto proviene de lo inmanifestado, que es el Manantial Infinito e Inextinguible de la Naturaleza, y puede expresarse en tu vida según el íntimo reconocimiento de tu conciencia.

Nunca te creas solo y aislado: contigo está siempre, y no puede alejarse un solo momento el Poder Infinito y no hay circunstancia o peligro del que no pueda salvarte, con la única condición de que ponga en El Mismo una confianza absoluta, exclusiva e ilimitada. Tu temor e incertidumbre son lo único que puede hacerte vulnerable.

X

USA TUS TALENTOS, CALLATE Y OBRA: Todo lo que tienes, espiritual o materialmente, te ha sido dado “para el uso” mejor y más provechoso que puedas hacer de ello: usa, pues, tus facultades y tus bienes (los talentos que has recibido) como mejor lo puedas, y de esta manera se te multiplicarán en vez de perderlos.

No hables más de lo necesario, y sobre todo evita la indiscreción sobre tus cosas íntimas o asuntos personales y sobre cualquier cosa que te haya sido confiada: el silencio es condición necesaria para el mejor éxito de todo lo que emprendas.

Nunca quedes inactivo: siempre hay algo que puedes hacer y que será de alguna utilidad en si. Hazlo con amor considerándote como obrero de la Inteligencia Creadora, de la cual eres expresión, y con la cual tienes así el privilegio de cooperar, para que su Gloria se haga manifiesta.

* * *

Estas reglas deben observarse entera y completamente. Toda omisión que hagas redundará en tu daño, pues “no caerá ni una jota, ni un ápice de la Ley, hasta que todo sea cumplido”.

Pero, si  las sigues con toda atención y fidelidad, tu vida y todos tus asuntos tomarán otro rumbo, y te harás un canal siempre más perfecto y adecuado para la manifestación de las Infinitas Posibilidades de la Vida Universal, pues el navío de tu existencia individual  se halla bien orientado y guiado firmemente en su ruta hacia el Puerto del Bien, y ante ti se abre un Camino de Progreso Ilimitado.

Aquellos que sientan un más profundo interés para este Mensaje, y deseen estudiar y practicar en el Sendero del Progreso Espiritual, reconociendo y expresando las divinas posibilidades que se hallan latentes en la propia Realidad del Ser, encontrarán en nuestros Cursos de Enseñanza el Guía que actualmente necesitan (Universidad Espiritual Mundial).