ESTUDIO Y ACCION
“Conocimiento sin acción es como un territorio salvaje e inculto, o un banco sin fondos, o un alma sin propósitos” K.H.
La vida requiere una cierta suma de conocimiento a fin de que sea una expresión de esfuerzo, realización y proyección inteligente. Más aún, para saber tenemos que estudiar.
Algunas personas, realmente, saben mucho respecto a la vida sin estudiar. Son empiristas o simples teóricos. No pueden nunca desarrollar ninguna ciencia o la vida constructivamente y con ideales creativos.
A muchas personas, por el contrario, les gusta estudiar y de hecho aprenden mucho respecto a la vida. Sin embargo no son prácticos. Prefieren almacenar conocimiento por algún indescifrable motivo, desviándose en los reinos de los soñadores despiertos y la fantasía mística. Carecen de adaptabilidad y de genuino positivismo de pensamiento, y nunca significan mucho en la vida. Están demasiado absorbidos en sus estudios por ser poetas, y saben demasiado poco respecto de las necesidades reales de la vida, así que no son prácticos y fácilmente incurren en dilemas metafísicos y doctrinas rebuscadas.
El saber real está basado en realidades positivas y acción efectiva. El pensamiento correcto requiere también ser creativo, de lo contrario nuestros empeños mentales quedan en pura ilusión y autoengaño.
Enfatizamos el aspecto del pensamiento recto y creativo porque la mente tiene que estar siempre activa a fin de ser sana y equilibrada. Una mente saludable y alerta es siempre recta y creativa.
Algunas personas en realidad creen que saben mucho en torno a la vida, Dios, el más allá e inclusive la eternidad, sin embargo no pueden explicar exactamente Por qué piensan, Cómo sienten o Cuándo son realmente sinceras y dignas de confianza. La mayoría de la gente, de hecho, no tienen ningún carácter y son profundamente engreídas, no obstante no podrían controlar sus emociones y nunca significan algo más que una veleta o una hoja seca de otoño. Creen ciegamente simplemente porque tienen que creer en algo, pero como un fantasma o zombi, carecen de poder de voluntad, imaginación, percepción, inspiración, vigor energético o dignidad vital autorehabilitadora, originalidad de expresión y todas las portentosas facultades que hacen a la personalidad humana tan diferente, simpática, atractiva y triunfante.
Que el hombre crea o sepa, necesita pensar y pensar correctamente, profunda, creativa y constantemente. Su mente debe estar siempre activa, si no se consume en autocomplacencia e ilusiones pasajeras, y todo su ser se vuelve sin objetivo claro, estancado y peligrosamente inoperante.
La mente humana necesita funcionar y no hay nada como el ESTUDIO para darle un propósito e ideales. El hombre se torna supersticioso, fetichista, adorador de ídolos, irresponsable, autocomplaciente, hipocondríaco, enfermizo, débil, miedoso y vicioso cuando su mente no está positivamente ACTIVA. De hecho, todo el ser humano o personalidad se torna insustancial, vana e insanamente displicente cuando no está debidamente orientada por ideales ennoblecedores y guiada por propósitos rehabilitadores.
Tener una FE es algo realmente magnífico, pero a fin de hacer que la fe sea provechosa debe descansar en la salud maravillosa inmaterial del saber, que sólo puede volverla real. Una FE irrealista es falsa, por cierto, porque carece de la confirmación y de la dignidad de la acción positiva, o vida realista.
Ahora, ninguna acción puede ser realmente efectiva o práctica a menos que sea guiada por un saber real, y este saber es asequible únicamente a través del estudio consistente.
El estudio, o la acción de aprender, no va nunca en contra de la verdadera FE o de la genuina SABIDURIA, de hecho enfatiza lo auténtico en la Fe y ofrece la evidencia de la genuina Sabiduría.
Todavía más, ningún estudio puede ser provechoso a menos que sea concebido en ACCION y entonces aplicado para buenos propósitos.
UNIVERSIDAD MUNDIAL DE RELIGIÓN Y CIENCIA ESPIRITUAL
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