'Controlar máquinas con la mente será posible'

Modular las emociones, mejorar funciones cognitivas y hasta mover cosas con pensarlo será posible.

Por:  ELIANA RENTERÍA LOZANO | 

17 de septiembre de 2014

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Foto: Archivo particular

Entre los dispositivos creados están los anillos que miden los latidos cardiacos.

El cerebro, el corazón y otros órganos funcionan, esencialmente, a partir de pulsos eléctricos. Si bien estas variaciones producen un efecto dentro del cuerpo, hoy es posible captarlas por fuera con fines diagnósticos y, ahora, para producir mejoras cognitivas e incluso lograr que una persona "con la mente" pueda mover objetos.

La primera aplicación práctica de la vibración eléctrica de las neuronas se dio cuando ésta pudo captarse en un electroencefalograma, una prueba muy común hoy en día. El electrocardiograma es otra muestra de la utilidad de las vibraciones eléctricas del cuerpo.

Gracias al desarrollo de la tecnología y el avance de las neurociencias, hoy existen sensores y receptores que permiten lograr una especie de comunicación entre las neuronas y un aparato externo. Algunos son tan sofisticados que logran identificar, a partir de variaciones eléctricas, el estado de ánimo de una persona.

Algunas empresas han creado dispositivos para evaluarlas y modularlas e incluso para entrenar el cerebro con el objetivo de lograr mejoras cognitivas. Una de ellas es la española BitBrain Technologies, fundada por María López, doctora en ingeniería informática. Ella habló con EL TIEMPO sobre los productos que diseñan.

Dice que han logrado mover una silla con el pensamiento...

El cerebro emite señales que son captadas por sensores especiales ubicados en una silla 'robótica'. Estos interpretan las señales del cerebro, las transforman y las amplifican, al punto que accionan unos motores que tiene este asiento. Así se mueve. Del mismo modo pueden reproducirse imágenes en una pantalla.

¿Qué tipo de productos creó su empresa?

Hoy contamos con dos líneas: Usenns, que mide la sudoración de la piel y los latidos del corazón a través de un anillo. Se utiliza para evaluar las emociones en el ámbito del mercadeo (productos, anuncios, tiendas). La otra es Brain Up, con la que desarrollamos un gorro para entrenar el cerebro y obtener una mejora cognitiva generalizada. Este mide la electricidad que emiten las neuronas al comunicarse.

¿Cómo se procesa esa información?

Los dispositivos tienen sensores, es decir que son ‘weareables’ o vestibles, y estos envían la información a un software para decodificarla.

¿Cómo interpretan las emociones?

Son cinco pasos: primero, se ponen sensores para medir las señales cerebrales. Con estímulos (como anuncios o productos), positivos y negativos, se miran las reacciones. Luego, se pasa a los estímulos a evaluar para saber qué emoción provocan. El cuarto paso es decodificar algoritmos capaces de aprender cómo reacciona el cuerpo y de inferir qué siente la persona ante los estímulos. Por último, con grupos de 30 o 40 personas se estandarizan las respuestas.

¿Cómo logran con estos dispositivos una mejora cognitiva?

El estado cognitivo de una persona emite determinadas señales, que cambian cuando la persona lo modifica. La idea es que un individuo sea capaz de mantener las mejores siempre. Los sensores captan las señales que emite el cerebro cuando la persona hace uso de funciones cognitivas como atención, memoria y fluidez verbal y emite una señal en rojo (positiva) cuando el desempeño es bueno; si no lo es, emite una azul. En sesiones de 25 minutos, buscamos que la persona se concentre en lograr buenos resultados. En eso consiste el entrenamiento.

¿Esta mejora se puede medir?

Con cinco sesiones de 25 minutos hemos conseguido mejoras de 25 por ciento en las habilidades cognitivas. Además, en personas con deficiencias cognitivas, como depresión profunda o niños con déficit de atención, llegamos a mejoras de un 50 por ciento.

¿Para quién estará disponible esta tecnología?

A corto plazo está pensada para empresas que quieran ofrecer servicios de mejora cognitiva (residencias de ancianos, psicopedagogos, psicólogos…). A mediano y largo plazo nos gustaría que cualquiera pudiera comprar la tecnología para entrenar su cerebro sin necesidad de un profesional.

¿Hacia dónde vamos con esta tecnología?

Estoy segura que llegaremos a controlar máquinas con la mente. No hará falta teclear en un computador ni conducir un carro o un avión, pues con solo pensarlo será suficiente. Sin embargo, tardaremos muchos años en ver un avance como estos en nuestro día a día. Una cosa son los prototipos de laboratorio y otra los productos comerciales. El nivel de fiabilidad actual de estos prototipos es de un 85 por ciento y para que lleguen a la sociedad es necesario el ciento por ciento.