Tomado de: The Spiritual Call – L´Apple Spirituel – La Voz Cósmica
Fasc. 10, Mayo 25 de 1973. Órgano Oficial del CENTRO DE BODHA DE EUROPA. Paris, Francia. Edición en Español y Francés
CARTA CIRCULAR DEL MAESTRO K.H. A SUS DISCÍPULOS
Muy Querido Discípulo:
¡Salud en todos los planos de la vida!
Ha llegado para usted el momento de empezar a hacer esfuerzos de carácter positivo a fin de lograr las finalidades propias de la Iniciación a que como discípulo recibido aspirará.
Lo que nos interesa por de pronto, es fomentar en el ser ciertas cualidades susceptibles de modificarlo en su totalidad, tanto en lo mental como en sus más mínimas células orgánicas – trasformación sin la cual no puede haber verdadera evolución posible.
Ya sabe usted que nuestros procedimientos iniciáticos esotéricos no son de hecho de carácter material y que nuestra acción más significativa se opera en los Planos Superiores y por medios enteramente correspondientes a esos mismos planos. Es imperioso, por lo tanto, que usted proceda de conformidad con los requerimientos iniciáticos que le sean propuestos. Para su gobierno, le recordaré ahora su promesa de ser siempre sincero y de propender en todo momento a su propio mejoramiento integral. Mi actitud hacia usted, como maestro de Sapiencia, no puede variar, ni usted tampoco puede eludir las responsabilidades contraídas en el acto de su recibimiento como discípulo. Le incumbe, pues, asumir la actitud edificante requerida, tal como hube de proponérselo en el momento inolvidable aquel.
Por de pronto, convendría que usted se pusiera en condición afín con las fuerzas superiores que corresponden al campo de acción de
Por otra parte, le recomiendo proceder a disciplinar su vida, por medio de un adecuado y riguroso control de su mente. Todas las tardes, a la hora poética del crepúsculo, o bien a la inspiradora hora del alba, proceda a recogerse mentalmente, dominando sus emociones y subyugando sus nerviosismos, a la vez que reduciendo a sumo control sus deseos sensoriales y sus elaciones imaginativas. Haga que su cuerpo permanezca quieto ante los panoramas de la vida real, a la vez que su mente se mantiene en silencio completo frente a las fantasmagorías de sus ilusiones, anhelos y deseos. Aprenda a dominarse, de esta manera, pues, solamente dominándose uno a sí mismo, puede lograr dominar a los demás, ya que las fuerzas de la naturaleza no se dejan dominar por quienes no saben dominarse, a menos que sea para perderlos y luego dominarlos mejor a ellos. Las almas débiles no pueden tener corazón puro, ni mucho menos lograr grandes realizaciones en la vida. Este debe ser un ejercicio diario para usted, hasta nueva orden.
Procediendo así, se desarrollarán enormes facultades, infinitas posibilidades en su ser, y sobre todo conseguirá poner su mente y todo su ser en afinidad con las fuerzas superiores de
No olvide usted que la condición de discípulo de un Maestro de Sapiencia le coloca en el deber ineludible de asumir plenas responsabilidades en ciertas funciones de
La iniciación esotérica a la cual pertenece, por libre elección, no se difunde precisamente por medios externos u objetivos, como en el caso de las iniciaciones exotéricas, que son puramente simbólicas y simples fantasías inocuas o meras inspiraciones de fanatismos dogmáticos y sectarios. Pero no puede alcanzar los estadios superiores de la misma si no se pone en condición interna y no merece sus logros. La iniciación Esotérica es un proceso, paulatino y metódico; de ahí que sea indispensable ponerse en condiciones precisas que justifiquen los logros sucesivos y trascendimientos progresivos de las circunstancias de cada plano. De ahí, en fin, que la labor del Maestro en este sentido sea más bien de orden interno, característicamente espiritual y se desarrolla en las intimidades incompasables del ser a la vez que en los planos superiores de la conciencia y sus fundamentos y esencialidades. Por eso, en fin, no habrá de extrañarles que el Maestro tenga escasos contactos con usted y tampoco trate de imponerse en modo alguno a sus creencias, costumbres e ideales personales. Ya se lo dije en el momento de recibirle como discípulo: “No exijo ninguna promesa ni impongo ningún juramento ni he de inmiscuirme en sus cosas íntimas y privadas, ni mucho menos he de intervenir en sus costumbres y hábitos corrientes, pues todo esto pertenece al campo de la realidad objetiva o a los planos inferiores de la vida. Solamente, eso sí, espero de usted siempre SINCERIDAD DE PROPÓSITO, CONSTANCIA EN SUS ASPIRACIONES, ESFUERZO INCONDICIONAL EN SUS NORMAS y en fin, ABSOLUTA LEALTAD A SUS PROPIOS DESIGNIOS”. Y si esto le conduce a asumir íntimas condiciones de Lealtad al Maestro y fidelidad a los Principios abrazados con la iniciación esotérica, enhorabuena, pues lo que más aprecio es esa digna actitud que más favorece los desenvolvimientos internos imprescindibles por ahora. Mi deber, desde luego, es cuidar que usted no se aparte de éste sendero de íntima liberación y superación trascendental.
Si me lo permite, le recordaré, además, que su condición de discípulo de un Maestro de Sapiencia le obliga a servir incondicionalmente los Principios Superiores de
Los Discípulos componen, de hecho, la vanguardia de las fuerzas y condiciones encaminadas a perfeccionar
Considere usted su condición de Discípulo como el más alto honor asequible en éste mundo, pues no es dado a todos el gozar de las prerrogativas de tener un Maestro de Sabiduría para conducirle a uno por las multiformes complejidades de
No deje usted de ansiar la superación propuesta y no vacile en ocupar a su Maestro, quien tampoco puede eludir sus responsabilidades, inmediatas y kármicas, tratándose de usted, puesto que también se comprometió El a señalarle a usted los genuinos derroteros de la vida superior.
Estoy al tanto de sus apreciadas realizaciones.
Maestro K.H.