Imprimir
Visto: 1822

 Editorial

 

LA CURIOSIDAD QUE MATA

 

Estimado Estudiante:

          La curiosidad es, ciertamente, la madre de la invención. También hay la curiosidad que conduce al sabio a descubrir nuevos inventos. Además está la curiosidad del niño que se inquieta y admira frente a lo desconocido.  Por otra parte está la curiosidad de la gente joven que se impacienta y quiere apresurarse demasiado por “conocer” la vida…

          Cada cual, en fin, curiosea a su manera y para fines distintos, y entonces tal afán por conocer y ensanchar los horizontes de la inteligencia es ciertamente loable, siempre que no incurra en imprudencias.

          De otro lado hay “curiosos” profesionales, o por pasión,  que hacen del  “espionaje” un modus vivendi, o incluso un medio para satisfacer sus bajas pasiones. En tales casos, huelgan los comentarios; mas conviene precaverse y no darle cabida a tales enemigos de la sociedad y de todas las causas nobles.

           Ud.  ESTUDIANTE, aprenda a juzgarse a sí mismo y a ser siempre sincero y franco.  Si es un CURIOSO irresponsable,  o sin interés serio, o más bien malintencionado, comprenda de una vez que aquí pierde su tiempo. No siendo sincero, va a perder su tiempo de manera completa y lastimosa, pues nada aprenderá de YOGA INTEGRAL o Ciencia Biopsicoplástica – al no ser digno de estar en este LABORATORIO DE ANTROPOLOGÍA y que la curiosidad, en vez de dignificar, hiere a los necios que pretenden engañar a los demás y desvía a los cínicos que se engañan a sí mismos. 

          Ah, pero están también los muy sabidos, los que han leído docenas de obras que versan sobre “yoga”, en fin, ratones de librería que se imaginan que la YOGA verdadera y la salud, el amor, la dignidad y la genuina felicidad se encuentran en los libros y haciendo contorsiones ridículas o tomando poses más o menos “hinduísticas”. Estos “sabelotodo” se permiten criticar y hacerse los interesantes con sus sandeces.  A estos,  vasta verles para percatarse de que no son ni muy normales ni muy respetables,  y en último caso, aunque con lástima, podríamos preguntarles si lo que son ahora refleja todo lo que saben de “yoga de librería”, hecha para engañar a los demasiado crédulos.

          Querido Estudiante,  no queremos cansarlo.  Si no es serio,  retírese pronto y no vuelva más,  pues de otro modo el ridículo lo va a matar…

Pr.  OM  LIND

New York,  3 de Marzo de 1949