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Visto: 1995

 

Tomado de: “EL SER HUMANO”. Análisis cuantitativo y cualitativo. Príncipe OM Cherenzi-Lind. Tesis presentada a la Primera Convención Cultural y Espiritualista de México. 1941

 

LOS PODERES IGNOTOS DE LA MENTE

 

Por mucho que se sepa acerca de la vida en todo el universo, existen siempre recodos ignotos en nosotros mismos. La mente posee más misterios que la misma naturaleza universal, y en cada recóndito intersticio de nuestra personalidad hay tantos poderes como en las fuentes supremas de la vida, que radican en las honduras insondables de la consciencia. Pero se progresa, y mientras se vive a conciencia se va aprovechando conocimientos nuevos y descubrimientos cada vez más significativos que ensanchan nuestros horizontes y expanden nuestra consciencia hasta hacerla comulgar con los más sublimes aspectos de la majestad Divinal del Universo.

Pero todo esto está al alcance solamente de quienes saben vivir en armonía con el infinito, y sobre todo que comprenden que los egoísmos corrientes son más bien perjudiciales. El Servicio, se ha dicho, ensancha la personalidad y fortalece la consciencia, porque mientras más nos ejercitamos en las funciones sublimadoras más nos engrandecemos, y nada sublima tanto como el servir.

Empero, los poderes de la Mente deben ser comprendidos, siquiera en sus formas externas, o sea en sus aspectos aplicados. No existe hasta ahora nomenclatura valedera de los poderes de la Mente, pero sí de algunos de sus aspectos como funciones y facultades. Estas pueden ser consultadas en antiguos libros como el Libro de los Números, de Vasubandu, los Puranas, los Brahmanas, los Nidanas, y en fin muchas otras obras escasamente conocidas hasta ahora en el mundo occidental, pero que son cada día más estudiadas por los investigadores consientes. Por otra parte, se puede aprender abrir en nuestra mente cauces definidos de la percepción extrasensorial. Todo es asunto de CONTROL PERSONAL Y DE AJUSTE ÍNTIMO, pues nuestras energías íntimas se producen y exteriorizan de acuerdo con las circunstancias, sin que logremos muchas veces comprender su alcance ni sorprender toda su significación. Así, tenemos en las impresiones, los conceptos y las realizaciones íntimas funciones que se traducen luego en facultades y en fin en veneros de fuerzas sublimes y portentosas. Y son bien pocas las personas que comprenden algo de este potencial energético que radica en nosotros mismos.

Hay, también, facultades o poderes expresados que escapan a la explicación lógica, sin por ello estar reñidos con la lógica, que es la suprema razón de la naturaleza. De hecho, gracias a un mecanismo extraordinariamente sutil y mediante una interrelación intricada de las distintas cosas existentes, nos es dable pre-ver y pre-decir con antelación el acaecimiento de distintos hechos. No se trata de anticipar hechos por adivinación, sino de determinar acontecimientos con la misma lógica rigurosa de quien premedita su propio comportamiento o que pre-establece por ejemplo el crecimiento de un arbusto o el desarrollo de una simiente. Se puede, de hecho, anticipar hechos y determinar con antelación ciertos hechos en los órdenes conceptuales, pero acertar cuando se trata de hechos que están todavía en proceso de desarrollo y que son susceptibles de infinitas variaciones, es algo verdaderamente asombroso. Es el caso, empero, de la previsión, como ocurre en muchos casos de sueño o de simple impresión vívida.

Abundan los casos en que lo anticipado ocurre realmente, y en que un simple sueño se realiza inclusive con lujo de detalles. Los textos de metapsíquica están repletos de hechos ejemplares de esta categoría, y en fin a todos nos suceden casos de estos cuasi a diario. La facultad psicométrica no es asombrosa. En efecto, el hecho de tomar un pedazo cualquiera de metal o un objeto cogido al azar en cualquier parte, y una vez puesto sobre la frente de una persona “sensitiva”, o tomada por alguien que siente las vibraciones psíquicas, revela sus más íntimos secretos. De este modo se puede saber de donde procede el objeto en referencia, y además tener una completa relación de cuantos acontecimientos que hayan tenido lugar en su inmediación. De igual manera, nos es dable saber cuáles son sus cualidades magnetofóricas o de potencial psíquico. Esta facultad es comparable, si no más importante, que la de quienes leen en el pasado por el simple medio de la introspección. Naturalmente, estas son facultades o poderes extraordinarios, que todos los poseemos en esencia pero que pocos de nosotros poseen desarrollados a un punto suficiente para ser llamativos.

Por otra parte, la mayoría de los fenómenos llamados “espiritas” son perfectamente explicables desde este campo experimental sin necesidad de recurrir a doctrinas metafísicas y entidades “astrales” o “desencarnadas”. No decimos que estas entidades no existen, sino que no son indispensables en la ecuación de los fenómenos de la vida corriente.

Mientras más ejercitemos nuestras facultades perceptivas extrasensoriales y fuerzas supra psíquicas, más eficacia damos a nuestras impresiones, y por ende más ensanchamos su campo de actuación. Nuestros poderes, como ya lo dijimos, no pueden ser catalogados, ni prescritos analíticamente, sino que deben ser desarrollados en nosotros, y son distintos en cada persona, porque cada cual tiene sus características peculiares y cada personalidad es un mundo diferente. De ahí, también, que cada persona logre estos poderes de una manera especial. Cada cual se desenvuelve de acuerdo con sus propias experiencias, y es a esto precisamente que debemos la grandiosa variedad de casos y características de la vida.

En lo que respecta al método científico de utilización de los poderes de la Mente llamado RADIOMENTE, podemos comprender que las energías de nuestro íntimo mecanismo vital están sujetas a nuestro control, o mejor dicho son susceptibles de absoluto control. Esto, lo comprendemos mejor cuando damos a nuestra Consciencia plena primicia en todos nuestros intereses y en todas nuestras aspiraciones. Pero aquí también debemos poseer claras nociones acerca de las distintas condiciones de la vida. Tenemos, por ejemplo, las nociones de "tiempo" y "espacio". ¿Existe el tiempo y el espacio como nos lo figuramos? ¿Son tan absolutas las realidades como nosotros las comprendemos? He ahí donde radican todas las dificultades del hombre frente a la Naturaleza. Por creer demasiado fijamente en sus propias hipótesis y por convertir en “absolutos” sus conveniencias místicas, la humanidad ha errado lastimosamente y también ha incurrido en los peores errores a nombre de sus mejores ideales, como por ejemplo ¡ha matado y odiado en nombre de su Dios de Amor, Bondad, Justicia y Caridad, y ha destruido y maldecido y difamado en nombre de la Religión, la Fraternidad y la Moral!

Nuestros conocimientos nos ayudan a sintonizarnos con la Vida, con la Realidad Natural. Nuestros contactos armoniosos con las cosas dependen enteramente de las nociones que tenemos de ellas. Si nuestras creencias se fundan en dogmas, o si dependen de relatos tradicionales o doctrinas místicas, es obvio que no podremos tener con ellas sino relaciones vagas, confusas, o a lo mejor grotescas. Pero de todos modos conviene afinar nuestra naturaleza y aprender a vibrar a tono con las distintas categorías de realidad de la Naturaleza. Es así como nuestra Percepción Extrasensorial logra penetrar las esferas invisibles e imponderables y subliminales, y en fin así es cómo nos volvemos “sensitivos” a la verdad, o sea sintonizados con las vibraciones sutiles de la vida. La RADIOMENTE nos conduce a este supremo fin, y es lo que procuramos cuando decimos que es preciso comprender la realidad para estar mejor en contacto con ella. Nos referimos también ahí a la COMUNIÓN MÍSTICA con la Naturaleza.

Prácticamente, no hay poderes de la Naturaleza Universal que estén fuera de nuestro alcance, todo es asunto de contacto por medio de la “sensitividad". Y nuestras Percepciones Extrasensitivas determinan el resto. Pero también debemos estar alerta para comprender el alcance de estas relaciones nuestras con el resto de la Naturaleza o simplemente con las cosas que nos rodean. Nosotros mismos somos nuestro propio generador de fuerzas, o sea trasformador de energías, y al mismo tiempo nuestro campo de inducción psico electrónica.

Nuestras facultades se desarrollan, y nuestros poderes se determinan, cada vez más y mejor, según el interés que prestemos y el amor con que nos demos a estas experiencias de intensificación de la vida. Esto es lo que hacemos, en efecto, cuando nos resistimos a vegetar y a ser simples lacayos o víctimas de las fuerzas y de los acontecimientos de nuestro propio ambiente, y cuando nos determinamos a ser los dueños de nuestro devenir, los capitanes de nuestro ser y los dirigentes de nuestra vida. RADIOMENTE engloba todo esto, y nos ofrece una filosofía de la vida que nos demuestra con fulgurantes gestos nuestro parentesco con todo el Universo, de cuyos infinitos poderes participamos por derecho natural propio, pero a consciencia.

A medida que aumentan los esfuerzos, crecen también las exigencias de los poderes que nos toca disfrutar. Es que cuanto mayor sea nuestro caudal de energías mayor es nuestra responsabilidad en mantenerlo vivo, y entonces, las fuerzas que invocamos o que activamos sin poder controlar nos avasallan y así pasamos a ser sus víctimas. Por eso los poderes del Espíritu no se pueden alcanzar ni mucho menos retener sino al precio de una moralidad dignificante y por medio de virtudes efectivas. De otro modo, nos convertimos en víctimas de los poderes que debiéramos controlar y administrar.

A quienes se interesan sinceramente en desarrollar y manejar poderes mentales o Espirituales, les decimos que la honestidad practicada es indispensable en el campo de estos importantes asuntos. Además, se debe gozar de perfecta salud, y a fin de asegurarla, practicar una vida al aire libre y disponer de una alimentación natural y bien balanceada, sin incurrir en torpes extravíos o excesos biológicos y psíquicos ni entregarse a vicios de ninguna especie. Si no se está decidido a pagar este precio de vida sana y de actitud intima digna, no se debe jugar con las fuerzas mentales ni con los poderes Espirituales. La RADIOMENTE resultaría una terrible prueba para usted sí pretendiera disfrutar de los poderes superiores de la vida, sin no obstante abandonar las dudosas prebendas de los mundanismos corrientes, pues ni la lujuria, ni las ambiciones, ni las supersticiones son medidas saludables para el mecanismo vital de nuestro ser. Muchos pagan bien caro sus atrevimientos al pretender beneficiarse con estos poderes sin guardarles el debido respeto, pues pronto se ven sobrecogidos por desequilibrios nerviosos, desarreglos endocrinos, perturbaciones mentales, malestares biodinámicos, trastornos sexuales, o bien graves enfermedades imprevistas. No hay peligro alguno cuando se guarda el respeto debido a estas potencias superiores, siguiendo la norma que hemos indicado; pero los atrevidos que creen burlarse de la vida debieran percatarse de que ellos mismos avivan los rigores infernales de su sino con sus propias insolencias e insurrecciones. No se puede burlar a la Naturaleza, y tampoco se puede desechar la majestad Infinita de la Vida, que es el Espíritu Santo.

Todas las practicas encaminadas a desarrollar las facultades o cultivar los poderes íntimos del ser deben ser medidas y hechas bajo la dirección competente de un Mentor Espiritual. Luego debemos establecer como regla básica el nunca ejercitarse más allá del cansancio mental. Las Percepciones Extrasensoriales requieren siempre un amplio margen de tiempo para reajustes y resarcimiento de fuerzas desgastadas. Esto es importante porque se gasta muchas más energías cuando se comprende poco estas funciones, y no debemos permitir desgastes de energías más allá de la capacidad natural de reposición. Nosotros mismos generamos nuestras propias energías, o captamos otras del Universo, de los espacios del cosmos, pero mientras no poseamos por completo esta maravillosa ciencia, es mejor ir cautelosamente y jamás extralimitarnos en cuanto a nuestras posibilidades sensitivas y de comprensión, que deben marchar siempre a un mismo compás, al unísono, de consuno.

Las prácticas de captación, o sea de "sensitividad" destinada a captar energías en forma de Percepciones Extrasensoriales, es importante también no forzarlas ni pretender ver una justificación en cualquier ilusión. Ni el esfuerzo exagerado ni el prurito de estar siempre acertado deben prevalecer. Lo que debe hacerse más bien es adoptar un régimen de esfuerzos armoniosos, sin nunca omitir la previsión, el buen gusto, la normalidad, y la cordura. El fanatismo no cabe sino en mentes incultas y almas ignorantes.

Las fijaciones y las preocupaciones mentales son también sumamente perjudiciales. Debemos evitar toda persistencia de actitudes internas ajenas a nuestra voluntad, o que sean dañinas a nuestra salud. Cuando se produce hipersensibilidad nerviosa e irritabilidad mental, tenemos una señal bastante avanzada de un mal funcionamiento de nuestro mecanismo vital. Debemos tener muy presente esta advertencia natural, pues todo el sistema emotivo y el propio equilibrio mental está en juego. Las fuerzas mentales no deben ser manejadas o interferidas sino por personas de buen carácter, capaces de control personal, y en fin de acrisolada moralidad o impecable dignidad. Desatender esta advertencia equivale a caer en condiciones de “descentramiento” y de “sacudidas” que se traducen a la larga en graves traumas psíquicos y enfermedades del cuerpo tanto como de la mente.

En todo caso, aprenda usted a sojuzgar sus nervios y a controlar sus impulsos musculares, así como a dominar sus intereses mentales. No permita que su mente divague inútilmente, o que sus nervios estén de puntas.

Evite los movimientos reflejos y los tics nerviosos, y también le imaginación suelta. Practique a diario ejercicios de relajamiento corporal y de descanso mental. Hay en esta fórmula un sin fin de beneficios, si la pone debidamente en práctica, y sobre todo si es constante en sus esfuerzos. Estas son las condiciones básicas de todo éxito en los órdenes superiores de la vida, por más que usted se incline en durarlo. Pero si usted no controla su cuerpo y su mente, no debe esperar grandes triunfos en la vida, ni en las practicas por medio de la RADIOMENTE.

Después de estos ejercicios, deberá usted también cultivar las facultades mentales que conducen a la visualización o sea la imaginación, la sensación retenida, la fijación mental determinada, y en fin la percepción orientada. Esto conduce así mismo a la intuición y a una mejor memoria, Pero donde estas prácticas resultan supremamente beneficiosas es en el agudizamiento de la percepción, que facilita a su vez las mejores relaciones con la realidad de la Vida, con el Universo.

Todo ejercicio que signifique disciplina, control, tanto en la mente como en el cuerpo, es de suma utilidad aquí, pues es la manera de encaminarnos a controlar los flujos biodinámicos y las funciones biopsicosomáticas simultáneamente. De persistir en estos propósitos, nos volvemos absolutos dueños de nuestro ser, maestros de la vida en nosotros, y en fin en artífices supremos de nuestra propia existencia. Es así como logramos trascender nuestras deficiencias y superarnos a nosotros mismos hasta convertirnos en superhumanos.

Nunca podremos practicar demasiado en antelación a las prácticas definitivas en estos órdenes de cosas. Es más, para evitar confusiones y posibles perturbaciones o contratiempos, es preferible no entregarse a prácticas de Percepción Extrasensorial o de RADIOMENTE sin haber pasado un tiempo prudencial de ejercicios seriamente practicados. Este tiempo probatorio debiera ser de un año por lo menos de constante disciplina personal y de ejercicios de afinamiento individual, logrando los controles aludidos sobre el cuerpo y la mente, para aprender a sintonizarse con el exterior. Pero esta práctica debe ser constante, y consciente, y no de modo casual y maquinal.